El magistrado Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, dijo que es necesario que los juzgadores del país tengan autonomía y plena libertad para juzgar y participen en el "ajedrez nacional", ya que de lo contrario nunca se tendrá una verdadera democracia que garantice la impartición de justicia en el país.
Aseguró que a pesar de los intereses que se pueden generar en la política nacional es necesario que los impartidores de justicia tomen partida en el "ajedrez nacional" para fijar rumbos y ritmos de los nuevos tiempos por venir.
Aseguró que de no contar con una verdadera autonomía se corre el riesgo de impartir una justicia de primera y otra de clase económica "si la actividad política está desatada y se mueve rápido en el sentido que marcan sus propios intereses y sus peculiares derroteros, la actividad jurídica y judicial no puede quedarse pasmada.
"No podemos quedarnos en este movimiento democrático como coordinados de piedra en la cita nacional para fijar rumbos y ritmos de los nuevos tiempos por venir, no es momento para encerrarnos en nuestros claustros y quedar atrás de estos muros como en otras épocas", comentó el ministro durante un encuentro de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia (AMIJ).
En su discurso, señaló que el poder judicial es una piedra angular para el país, que ha permitido ser una brújula nacional a pesar de la aceptación de algunos y la negación de otros.
"No hemos hecho, ningún juzgador de México, votos de silencio ni de ausencia de la democracia y la vida cotidiana, somos parte esencial del sistema que hace funcionar a un país y a una sociedad, parte insoslayable, somos piedra angular, somos una brújula constante y además con nuestra reflexión racionalista, con nuestra actividad judicial que dispone a cada quien dar lo suyo según el derecho, nos erigimos a querer o no, con aceptación de algunos o no, el faro orientador de la democracia que hoy, insisto, está inacabada", comentó.
Durante el evento que se realiza en el Palacio de Minería en la Ciudad de México, el magistrado afirmó que a pesar de la evolución que ha tenido la impartición de justicia en el país, aún no existe una verdadera democracia para los mexicanos.
"Hablé de una democracia inacabada al principio de mi mensaje, porque creo que a pesar de los muchos pasos hacia adelante que hemos dado, aún no son suficientes para hacer de la democracia una forma de vida de todos los días para todos los habitantes de nuestro país.
Por ello, dijo que los jueces deben de recordar que la "justicia es para todos", por lo que deben de ser sólidos y confiables en sus decisiones, y estar libres de intereses extraños.
"El seno social en su cuna ciudadana ha de dar muestra de su impronta en terrenos tan fértiles como el nuestro que anhela impulsos a una función jurisdiccional confiable, independiente, libre, sólida, libre de toda injerencia extraña y cercana, muy cercana a la población, pues
ese lema de "justicia para todos" no es retórica, debemos hacerla todos nosotros una realidad".
