La Casa Blanca defendió hoy la decisión de la campaña de reelección del presidente Barack Obama de sumarse a la pelea entre los llamados Súper PAC, que han empezado a erogar decenas de millones de dólares en propaganda política.
Aunque Obama fustigó en 2010 la decisión de la Suprema Corte de Justicia que dio pie a los Súper Comités de Acción Política (PAC), que permiten recaudar dinero ilimitado de empresas y sindicatos, la Casa Blanca argumentó que no puede quedarse con las manos cruzadas.
“Es una situación desafortunada. El presidente cree que estamos en una circunstancia donde las reglas son lo que son”, admitió el portavoz presidencial Jay Carney.
“La campaña (de reelección) ha dejado en claro que no se pueden desarmar unilateralmente en una circunstancia como ésta”, remató.
En 2010, el máximo tribunal de Estados Unidos falló a favor del grupo Citizens United, el cual demandó a la Comisión Federal de Elecciones (FEC) por prohibir la divulgación de un documental de 30 minutos atacando a Hillary Clinton.
El dictamen otorgó a las empresas y sindicatos el derecho a gastar sin límites en las campañas electorales, con la única condición de no coordinar el gasto con el equipo de campaña del candidato. Las organizaciones que mueven el dinero fueron bautizadas como Súper PAC.
Obama fustigó el fallo en una reciente entrevista, en momentos que los Súper PAC que apoyan a los republicanos han recaudado y gastado más de 15 millones de dólares en ataques políticos, mientras que el Súper PAC demócrata sólo ha recaudado 6.7 millones de dólares.
En este marco, la campaña de reelección del presidente decidió la víspera avalar al Súper PAC demócrata Priorities USA, que fue fundado por políticos progresistas y ex colaboradores del ex presidente William Clinton.
Durante las pasadas elecciones primarias en Florida y Nevada, el grupo Priorities USA lanzó ataques radiales en español, a un costo de cientos de miles de dólares, criticando las “dos caras” del aspirante republicano Mitt Romney en materia de migración.
Carney, el portavoz presidencial, justificó este martes el ingreso de la campaña de Obama a la batalla de los dólares electorales, pero dejó en claro que el mandatario sólo participará con los Súper PAC que decidan hacer transparente su lista de donantes.
“Los funcionarios de la administración que aparezcan ante los Súper PAC que apoyen a los demócratas o al presidente sólo lo harán ante aquellos que divulguen sus contribuyentes (...) así que la transparencia sigue siendo una absoluta prioridad”, dijo Carney.
Grupos independientes estiman que la llegada de los Súper PAC podrían convertir las elecciones presidenciales de noviembre en las más caras de la historia, con una factura de seis mil millones de dólares.
Bajo las leyes actuales, una persona sólo puede aportar dos mil 500 dólares para las elecciones primarias, y otros dos mil 500 dólares para la elección general, de modo que las contribuciones personales no pueden exceder los cinco mil dólares en el ciclo electoral 2012.
La ley permite a los estadunidenses aportar 30 mil dólares extras a los partidos políticos nacionales.
De manera adicional, cada persona puede contribuir con cinco mil dólares a los llamados PAC, que son grupos que consolidan dinero en apoyo a candidatos, pero tienen que ser transparentes y reportar sus fondos a la Comisión Federal Electoral (FEC).
En 2010, el mayor Súper PAC de Estados Unidos, American Crossroads, creado por Karl Rove, el llamado “arquitecto” de la presidencia de George W. Bush, gastó 21 millones de dólares para defender a candidatos conservadores en las elecciones legislativas de noviembre.
Antes del fallo de la Corte Suprema, la ley McCain-Feingold prohibía a empresas y sindicatos transmitir anuncios políticos pagados 30 días antes de las elecciones primarias y 60 días antes de las elecciones generales, pero las limitaciones quedaron anuladas.