Las fuerzas de seguridad de India patrullan hoy las calles desiertas en el Estado de Assam, en el noreste del país, tras varios días de violentos enfrentamientos étnicos que han dejado ya al menos 38 muertos.
El gobierno estatal desplegó este miércoles a alrededor de mil soldados para restaurar la calma en esa remota región, luego que la policía logró sofocar los fuertes choques entre la tribu Bodo y los colonos musulmanes.
Los enfrentamientos entre ambos grupos, armados con pistolas, machetes y palos, estallaron el pasado fin de semana, pese a las advertencias de la policía de que arrestaría todos aquellos que violaran el toque de queda impuesto al aumentar la tensión.
Sin embargo, estallaron los choques y se extendieron hasta la noche del martes, cuando la policía logró dispersar a la turba, indicaron autoridades locales e informaron que el saldo mortal ascendió a 38, de acuerdo con reportes del diario local The Times of India.
La violencia parecía haber menguado este miércoles, al menos en las últimas horas, así que el gobierno ordenó el despliegue militar para intentar impedir que se reanuden los combates.
Los violentos enfrentamientos han obligado a cientos de personas a abandonar sus hogares, así como al cierre de carreteras y la suspensión del transporte férreo.
Al menos 30 trenes de pasajeros y 20 de mercancías (granos, medicamentos y productos petroleros) quedaron varados a lo largo de un estrecho corredor que conecta el estado con el resto de la India.
Unas 150 mil personas han sido desplazadas, aunque algunas han regresado a sus hogares, afirmó Shambhu Singh, secretario adjunto del Ministerio de Vivienda, en una rueda de prensa en Assam.
India es hogar de más de 200 grupos étnicos y tribales y ha sido asolada por revueltas separatistas desde la independencia del país de Reino Unido en 1947, aunque en los últimos años las tribus hindúes y los cristianos han experimentado un fuerte sentimiento antimusulmán.
El anterior brote de violencia se originó pocos días después de las inundaciones que causaron la muerte de más de un centenar de personas y dejaron al menos a 400 mil residentes sin hogar.
Los Bodos se han sentido marginados en su patria por olas de inmigrantes procedentes de Bangladesh desde la década de 1950, mientras que los musulmanes constituyen el 40 por ciento de la población del Estado y forman una mayoría en algunos distritos.
