El 30 por ciento de las mujeres que ingresan a la Casa Refugio del DIF por violencia doméstica reincide, regresan a su casa a vivir en las mismas circunstancias, en el mismo lugar y con la misma persona.
Esta Casa Refugio para mujeres víctimas de la violencia de sus parejas tiene trabajando desde hace tres años y si bien ha logrado que un porcentaje importante de las mujeres logren desprenderse del yugo que durante años las estuvo maltratando, otras no lo logran, y por pretextos diferentes aceptan regresar con sus maridos sin que éstos cambien o reciban terapia.
"Vuelven a las mismas prácticas o incluso, hasta peor", dice Berenice Rivera, titular de esta Casa Refugio, quien explica que cuando la mujer abandona al marido para evitar seguir siendo golpeada, muchos hombre se enojan más y sólo está a la espera de que regresa la mujer para "desquitarse" y la violencia familiar se agrava.
Cuando regresa la esposa la encierran, la golpean y la amenazan si vuelve a pedir auxilio, "algunas regresan a la Casa Refugio y otras ya prefieren seguir viviendo así", comenta Berenice Rivas.
En otros casos, los hombres entienden el mensaje y buscan terapia para que cuando su pareja regrese de la Casa Refugio, encuentre a una persona cambiada en el hogar.
Otros se olvidan de que tuvieron esposa y ya no la quieren de regreso, "solo pelean legalmente por la custodia de los hijos".
Y otro grupo de hombres, aunque en menor cantidad, no reciben terapia ni apoyo por parte del DIF, pero ofrecen un mejor trato a su mujer y sus hijos cuando éstos regresan al hogar.
