La tarde del miércoles 25 de abril de 2012, estaba marcada en el calendario de los aficionados a Santos Laguna, como la fecha en sus Guerreros lograrían colgarse la etiqueta de Internacionales, de representantes de un continente, de por fin "Campeones" después de 3 finales perdidas en 2 años, pero sobre todo, de ganarle una a los archirrivales en lo deportivo, a los regiomontanos. Desde 2 horas antes de que iniciara el encuentro, las largas filas de automóviles se apreciaban en las inmediaciones del TSM, nadie quería perderse el partido.
Fácilmente se llenó el estadio, no quedó una sola butaca vacía, y en la explanada también los aficionados asomaban la cabeza para no perder detalle del encuentro, incluso los vendedores descuidaban sus labores para echar un ojo al terreno de juego, donde los Guerreros salieron como leones a comerse su presa. El "sí se puede", popularizado en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas de 1997, que ganó un equipo mexicano, curiosamente de Monterrey, era el grito que aturdía, que hacía vibrar las gargantas de quienes mantenían la fe en sus futbolistas albiverdes.
Ludueña dio el primer golpe de autoridad hacia el final del primer tiempo, y Oribe puso el empate global apenas iniciando la parte complementaria, haciendo ver que la odisea era posible, que el empuje de la tribuna sería el aliento que los llevaría a coronar su gesta. Pero el destino tenía oculta una peripecia de un chaparrito habilidoso de nombre Nery, y con el apellido de un antiguo artillero que hizo sufrir demasiado a Oswaldo en batallas de tiempos antiguos: Cardozo.
Rayados logró su gol y obligó a los Guerreros a hacer otros 2, pero ya con sólo 10 minutos en el cronómetro, que se convirtió en el lento asesino de la ilusión que tenía toda una comarca por ser campeones. Se rompió la racha de los Guerreros, que no habían perdido una final de vuelta en casa, el TSM sigue estando negado, parece ser la casa del dolor propio, más ahora viendo coronarse a uno de los rivales más odiados. La frustración de algunos espectadores fue tal, que quemaron banderas y brincaron a la cancha, buscando mitigar su sed de campeonatos.
Santos tendrá que seguir esperando para decirse "campeón", y sus aficionados también, aunque la oportunidad está ahí, con el inminente inicio de la liguilla del Clausura 2012.
Las porras no pararon de apoyar a los Guerreros. (Fotos de Jésus Galindo, Ramón Sotomayor y Enrique Terrazas)