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Democracia distributiva

Diálogo

YAMIL DARWICH

Aproximadamente el 80% de la población, en condiciones de hacerlo, ejerció su voto libre y secreto en las elecciones de julio 2012, para definir quién será el próximo Presidente de México y, en Coahuila, elegir diputados y senadores.

Decidieron por voluntad propia, otorgando el voto al candidato de su preferencia, por las razones que cada cual eligió, -así hayan sido las más insignificantes y superficiales, hasta de elemental conveniencia- aunque haya acusaciones de condicionamiento externo por la compra de sufragios, coacción o ambas cosas.

De acuerdo a los resultados electorales que ahora conocemos, donde la diferencia entre el primero y el segundo lugar es de más de seis puntos porcentuales y entre el segundo y el tercero otro margen de distancia similar, marcan a Peña Nieto, como ganador.

Debo decirle que, aún cuando no haya sido su elección, conforme a democracia, corresponde acatar la voluntad de las mayorías. Eso es madurez política.

Algunos expertos hablan de que el veinte por ciento de los votos fue "obligado", llegando a denunciar una nueva forma de violar la ley, con los llamados "halconcitos", niños que acompañan al votante para confirmar su elección.

Encuestas del ITESM, definen que el catorce punto tres por ciento de los votantes recibió ofertas de dinero, regalos o servicios; que un cinco punto uno por ciento, afirmó votar obligado, sumando así, entre ambos grupos, diecinueve punto cuatro por ciento, cifra similar a la ofrecida por otros encuestadores y analistas.

Alianza Cívica afirmó que de las personas que dijeron haber recibido presión para ejercer el voto, el setenta y uno por ciento señala al PRI-PVEM; el diecisiete por ciento del PAN y un nueve del PRD.

La lógica y la razón de cualquier persona sensata, dice que sigue habiendo fraude electoral y que poco hemos avanzado en nuestro proceso de madurez democrática.

Las quejas y peticiones de anulación de las elecciones para Presidente de la República, se están dando y el sentimiento de manipulación del proceso electoral, es un hecho que ensombrece el avance en la madurez electoral de los mexicanos y demerita, profundamente, el trabajo de los políticos. Es claro que ellos viven un problema de círculos viciosos, estando empantanados, donde el que quiere no puede, por compromisos previos y el que tiene las capacidades, es anulado por los intereses de grupos, utilizando como principal arma a la corrupción, el compromiso y la lealtad mal entendidos. Qué difícil, ¿verdad?

Más de mil personas han sido detenidas acusadas de fraude electoral y sólo doscientas veinte han recibido algún tipo de pena, todas administrativas, por ser "delito menor". ¿No le parece curioso y hasta ridículo que, por defraudar a todos los mexicanos, el daño ocasionado sea considerado de poca importancia? Así de inadecuadas son nuestras leyes, que además, en muchos de los casos, se aplican selectivamente.

Con todo, el Instituto Federal Electoral, ha validado la elección nacional, considerado que aún sumadas las irregularidades, éstas, no suman el porcentaje suficiente, como para anularla o cambiar el resultad final. Esa es la ley.

Ya en otros "Diálogos", hemos tratado el asunto de la madurez democrática de nuestro país, reconociendo que apenas aspiramos a tener la mas elemental de todas: la etapa distributiva, donde los partidos luchan por tener representatividad en los niveles nacionales, estatales y municipales.

Recordemos que esos niveles son: Democracia Distributiva, la más elemental, en la que los partidos luchan por posicionarse y tomar la mejor postura para llegar al segundo, denominado Participativa, donde los grupos políticos defienden sus posturas ideológicas y, finalmente: de Diálogo, cuando el proceso político se acerca a la perfección que permite la adecuada comunicación de ideas.

Por definición, la clasificación de niveles, no considera los estados mórbidos, de irregularidades y fraude electoral, actos que se conocen como antidemocráticos, sin darles cabida en la citada evaluación, por ser la antítesis de la voluntad del pueblo. Escrito en palabras llanas y sencillas: aún no tenemos la capacidad de superar ese primer nivel.

El PRI, en el estado de Durango, logró dominar ampliamente, no así en Coahuila, donde perdió tres diputaciones y dos senadurías, lo que se considera como "castigo" al propio partido y desapruebo a sus líderes, al considerar las graves ofensas que se han cometido contra la población.

En el caso, curiosamente, se repitió el añejo mal del canibalismo político, destituyendo al presidente del partido, que al parecer no tiene habilidades de mago. ¡Alguien debía pagar los platos rotos!

Es verdad que queda mucho trabajo por hacer en el tema de la democracia, pero habremos de decidirnos a seguir haciéndolo y avanzar, porque sentarnos a esperar a que otros lo resuelvan, es vivir en la falacia.

Si usted votó y su candidato ganó: felicidades; si no fue así, a trabajar por sus ideales. ¿O usted prefiere esperar sentado?

ydarwich@ual.mx

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