El primer ministro transitorio maliense, Cheik Modibo Diarra, denunció hoy la existencia de una supuesta campaña de "desestabilización y desinformación", en su primera comparecencia pública desde los choques armados del pasado lunes.
En su intervención, Diarra instó a la población a no dejarse llevar por el pánico ni por los rumores, en referencia al caos desatado hoy en la capital tras escucharse disparos esporádicos y producirse un importante despliegue militar.
"Bamako ha vivido en las últimas 48 horas una operación de desestabilización y las fuerzas del orden están presentes para asegurar la capital, por lo que la población no debe entrar en pánico", dijo el primer ministro.
Asimismo, el jefe del Ejecutivo de transición ha desmentido que se haya ordenado a los trabajadores que no regresen a sus puestos o que se haya pedido a la población que no salga a las calles, y ha tildado dichas informaciones de rumores.
En este sentido, acusó a "quienes están detrás de los rumores de ser cómplices de una campaña de desinformación", aunque no ofreció más detalles.
Además, subrayó que el aeropuerto internacional está abierto y negó la existencia de unas "milicias paralelas".
Esta mañana, debido a la falta de informaciones oficiales sobre el origen de los disparos, y la gran presencia de militares, el pánico se extendió entre la población, que se precipitó a volver a sus hogares, lo que provocó numerosos atascos, especialmente en el centro de la ciudad.
El lunes, unas veinte personas murieron y otras cincuenta resultaron heridas en una ofensiva lanzada por los "boinas rojas" de la guardia presidencial del presidente Amadou Toumani Touré, contra la Junta Militar que el pasado 22
de marzo depuso a Touré.
Al parecer, el ataque se llevó a cabo en respuesta al intento de los militares golpistas de detener al jefe de los "boinas rojas", Abdine Guindo.
La guardia fiel a Touré atacó el lunes la sede de la televisión, el aeropuerto y el cuartel de Katti, centro de operaciones de la Junta Militar, situado a 15 kilómetros de Bamako.
Por otra parte, Diarra se dirigió a la población del norte del país y aseguró que el Gobierno no les "abandonará jamás".
El primer ministro agregó que las autoridades están intentando abrir corredores humanitarios para socorrer con víveres y medicamentos a las poblaciones que lo necesitan.
Desde el pasado abril, la parte septentrional del país, conocida como Azawad, está tomada por movimientos independentistas tuareg así como grupos armados.
En este sentido Diarra volvió a invitar al diálogo a estas facciones, aunque dejó abierta la puerta a emplear otros medios.
"Si el diálogo no da resultados, disponemos de otros medios", sentenció.