La Fiscalía de Estados Unidos acusó a un hombre de Miami de ser el cajero de una red de compañías de cuidados de salud que "lavaron" millones de dólares robados al programa federal médico conocido como Medicare y que fueron enviados a bancos de Cuba.
El caso, que fue revelado este martes por el diario The Miami Herald, es la primera investigación federal en la que se detecta que dinero del gobierno federal estadounidense va a parar al sistema bancario cubano.
Sin embargo, pese a la investigación no hay pruebas para respaldar una acusación formal contra la isla, indicó el rotativo.
Fiscales acusaron a Oscar Sánchez, un cubano-americano, de lavado de dinero y de ser el líder de una red que incluye unas 70 compañías de cuidado de salud que defraudaron al Medicare con facturas por 374 millones de dólares, de las cuales se pagaron 70 millones de dólares.
La mayor parte del dinero, según la acusación citada por el periódico, se movió a través del Royal Bank de Canadá, de ahí al Repúblic Bank de Trinidad y Tobago y después a cuentas en su sucursal en Cuba.
El dinero se movía a través de una "intrincada" red de compañías extranjeras intermediarias para evitar ser detectado en Estados Unidos antes de terminar en Cuba, un país que por sus tensas relaciones con Estados Unidos no extradita fugitivos hacia este país.
Los fiscales afirmaron que Sánchez, de 46 años y quien tiene un negocio de cambio de cheques, forma parte de una red mucho mayor.
Sánchez estaba en posición de "lavar" millones de dólares en cheques y pagos por giro bancario del gobierno que se enviaron a suministradores corruptos entre 2005 y 2009.
El juez federal Jonathan Goodman le negó fianza a Sánchez ante la posibilidad de que huya del país, pues en los últimos nueve años viajó al extranjero en 72 ocasiones, la mayoría de ellas a México donde posee un condominio.
Hasta el momento Sánchez es el único acusado en el caso, pero no se descartan más acusaciones, según los fiscales.
