Sin ley. En la legislación no se incluye el robo de fotos o información como un delito, a menos que ponga en peligro al afectado.
En menos de seis meses, la Procuraduría General de Justicia del Estado ha registrado seis casos de robo de identidad en las redes sociales.
Alejandro Kalionchis Rodríguez, sub director de Políticas Públicas de la PGJE declaró que los delitos de robo de identidad son atendidos por la Policía Cibernética que tiene cuatro años de haberse constituido.
Los casos más comunes es la clonación de fotografías e información para crear perfiles falsos y hacer comentarios para dañar a la persona real, sin embargo para que se pueda proceder de manera legal tiene que haber amenazas de por medio.
"Lamentablemente la legislación no incluye el robo de foto o información como un delito a menos que se divulgue dicha información y se ponga en peligro a la persona real o se realicen amenazas", comentó Alejandro Kalionchis.
Asimismo, explicó que en el caso de las denuncias por la creación de perfiles falsos en Facebook o Twitter, se mantiene contacto con los representantes legales de estás páginas en México para que se cancelen los perfiles falsos de inmediato.
"La mayoría de las personas no llegan a denunciar porque no saben que es un delito", respondió Kalionchis, y agregó que el departamento a su cargo ha realizado recorridos en las escuelas del estado para explicar a los jóvenes que es posible denunciar si son víctimas de acoso cibernético o robo de identidad.
Una vez que se informa a la PGJE que hay un perfil falso, además de cancelarlo se procede a investigar la ubicación de la computadora donde se creó el perfil para detectar a la persona que realizó el robo de información.
Otro de los casos que se han presentado en la entidad en la creación de una cuenta de Twitter del Secretario de Educación, José María Fraustro Siller, en donde se publicaban mensajes que hacían alusión a sus preferencias sexuales y su relación con exfuncionarios públicos de manera errónea.
Finalmente el Alejandro Kalionchis expresó que las redes sociales como tal no han sido reguladas, pese a los problemas emocionales y físicos que pueden llegar a ocasionar.