"La tierra se nos vino encima", describe Carlos Daniel Mendoza, uno de los trabajadores que se salvó de morir tras la caída de un talud de tierra en las obras de un colector hidráulico que se construye en las márgenes del río Sabinal de esta capital, dejando tres obreros muertos, cuatro heridos y un desaparecido.
El hombre que resultó ileso del percance cuando circunstancialmente abandonó el área donde se produjo el desprendimiento de tierra, luego de ser llamado por uno de los jefes de cuadrillas, relata: "trabajamos, alrededor de las doce del día, en una parte baja haciendo una excavación para colocar tubos de drenaje, cuando seguramente por el movimiento y la vibración de las máquinas, la tierra se nos vino encima".
En lo que llamó "su día de buena suerte", Carlos Daniel Mendoza, de 18 años, narra que el derrumbe se desencadenó con un ruido seco a su espalda y que la tierra alcanzó a cubrirle las rodillas, pero logró escapar antes de ser sepultado por la avalancha.