El gobernador del Banco de México pidió aprobar una reforma laboral que sea flexible en la contratación y despido de personal. ARCHIVO
La petición del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, de aprobar una reforma laboral que sea flexible en la contratación y despido de personal, generó reacciones en contra de legisladores y sindicatos.
Carstens destacó que México es de los países en el mundo con uno de los mercados laborales más rígidos y menos hábiles para contratar y despedir gente.
En respuesta, legisladores perredistas e incluso panistas consideraron desafortunada la declaración.
El senador Alejandro Encinas, del PRD, dijo que el objetivo de la reforma presidencial, enviada el pasado 1 de septiembre con carácter de “preferente”, es socavar el derecho fundamental de estabilidad y permanencia en el empleo.
Javier Lozano, senador del PAN y ex secretario de Trabajo, afirmó que no comparte la opinión de Carstens.
“Pensaría más en los nuevos ingresos a partir de una economía en crecimiento que genere más empleos”.
En la Cámara de Diputados, el presidente de la Comisión de Trabajo, Carlos Aceves del Olmo, del PRI, consideró una “ofensa” y una “estupidez” lo dicho por Carstens.
El panista Juan Bueno Torio pidió al gobernador mantenerse al margen.
Francisco Hernández Juárez, presidente de la Unión Nacional de Trabajadores, calificó a Carstens como un “cínico” al expresarse a favor de los empresarios.
Reyes Soberanis, líder de la Confederación Obrero Revolucionaria y representante del Congreso del Trabajo, dijo que desde que Carstens era secretario de Hacienda tiene la idea de precarizar el trabajo.
