Descarta Chávez reunión con Benedicto XVI en Cuba
La Habana / AP.
El convaleciente presidente venezolano Hugo Chávez exhortó el martes, en plena visita de Benedicto XVI a La Habana, a que la Iglesia Católica “profundice su labor en función de la opción de los pobres”, en referencia a la ideología de la denominada “teología de la liberación” a la cual se aferraron algunos sacerdotes durante la guerra fría.
Sin embargo, el líder venezolano, quien se encuentra en La Habana para recibir tratamiento médico desde el 24 de marzo, descartó un encuentro con el Papa al expresar que: “es un jefe de Estado. Yo soy un jefe de Estado. Raúl (Castro) es jefe de Estado. Ellos tienen su agenda. No voy yo a estar interfiriendo para nada”.
Eso sí, Chávez resaltó, en cadena de radio y televisión generada desde La Habana pero difundida en Venezuela la acogida que ha tenido el jerarca católico por los cubanos. “Con que respeto, con que devoción, ha recibido a su Santidad Benedicto XVI”, dijo.
El mandatario venezolano viajó el 24 de marzo a la capital cubana para recibir radioterapia como parte del tratamiento contra un cáncer en la región pélvica por el que fue operado por segunda ocasión a fines de febrero, siempre en La Habana.
“Hemos escuchado con respeto las palabras (del Papa)”, señaló Chávez al llamar al jerarca de la Iglesia Católica a que “profundice su labor en función de la opción de los pobres”.
Benedicto XVI llegó horas antes a la capital de la isla procedente de Santiago de Cuba donde temprano rezó ante la venerada Virgen de la Caridad del Cobre, de la cual se celebran 400 años desde el hallazgo de la estatuilla y por lo que el Papa visitó esa localidad.
En la tarde está programado un encuentro entre el presidente de Cuba y el jefe de estado de la Santa Sede, quien el miércoles oficiará una misa campal en la legendaria Plaza de la Revolución en la que se espera la asistencia de miles de devotos.
En las calles de La Habana Randi Remon, un estudiante de cultura física de 19 años, dijo que le gustaría “ir a oírlo (al Papa) en la misa mañana para ver lo que dice. Yo espero que nos pueda brindar más ayuda, nos dé más fe para ver si podemos salir de la crisis que tenemos”, agregó.
Aunque aclaró que “no soy tan creyente ni practicante”, dijo creer que “la fe en Dios es algo por donde uno se aguanta para tener más fuerza y seguir adelante” en momentos difíciles.
Pero para Ana Blanco, una oficinista de 47 años, el que el gobierno reciba al papa y hable de la religión lo que hace es crear confusión después de años de antirreligiosidad con el triunfo de la revolución en enero de 1959.
“Me criaron diciendo que todo esto de la religión era (estaba) mal, entonces ahora esta visita del Papa no estoy de acuerdo con que se le dé tanta importancia, ni que se le obligue a nadie a ir a la misa u otras actividades”, dijo.
La misa prevista para el miércoles será en la Plaza de la Revolución y se espera la asistencia de miles de personas.
Al arribar en el aeropuerto José Martí, al Papa lo recibió el cardenal cubano Jaime Ortega, una banda musical de niños y adolescentes, otros chiquillos le ofrecieron flores al pie de la escalinata del avión y luego el Papa caminó por una alfombra roja hasta un auto negro a bordo del cual abandonó la terminal, mientras otros niños bailaban ballet al un costado de la pista.
El Papa dijo que en su plegaria matinal “he confiado a la madre de Dios el futuro de la patria avanzando por caminos de renovación y esperanza”. El Pontífice pernoctó la noche del lunes en El Cobre, donde se encuentra la estatua también llamada aquí “La Mambisa”.
“He suplicado a la virgen santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad”, añadió.
Poco después, en La Habana el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo, advirtió en una rueda de prensa que en el país “estamos actualizando el modelo económico, no estamos hablando de reforma política”.
Los comentarios del alto funcionario parecieron responder a las frases pronunciadas poco antes por Benedicto XVI, de 84 años.
Sobre lo que las autoridades cubanas no se pronunciaron todavía es de la detención de un hombre que irrumpió cerca del altar poco antes de que el Papa oficiara una misa masiva en Santiago de Cuba, la segunda ciudad de la isla, a unos 900 kilómetros al este de la capital, cuya identidad y paradero actual se desconocen.
“Abajo la revolución, abajo la dictadura” se le escuchó gritar al opositor poco antes de ser sometido por un agente de seguridad cerca de la plataforma donde estaban camarógrafos y fotógrafos, algunos de los cuales captaron cuando después un hombre con un chaleco de la Cruz Roja abofeteó al manifestante y lo golpeó con una camilla plegable antes de que otras personas retiraran al presunto socorrista.
Al final de la jornada, el vocero vaticano Federico Lombardi fue consultado sobre ese incidente y dijo que era “una protesta de oposición, creo”, aunque admitió desconocer lo ocurrido exactamente.
Una organización no gubernamental de derechos humanos emitió un comunicado exigiendo que las autoridades cubanas identifiquen “a la persona detenida de esa forma por la policía política secreta y que informe cuál es su paradero”.
Dunia Felipillo, de 45 años y trabajadora de un hotel en Santiago, observó al jerarca mientras rezaba y luego comentó: “yo me siento muy orgullosa de que el Papa, una personalidad de su talla, haya ido al Cobre y venido (a Santiago) a darnos su bendición”.
En la homilía del lunes por la tarde en Santiago, Benedicto XVI expresó el valor de la familia y de la fe ante decenas de miles de personas, entre ellos peregrinos cubano-estadounidenses.
“Ante la mirada de la Virgen de la Caridad del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada”, dijo el Pontífice.
El arzobispo de Santiago, Dionisio García, anfitrión de la ceremonia y quien le dio la bienvenida al Papa, expresó: “Es necesario superar todas las barreras que separan a los cubanos entre sí. Este es un deseo querido por todos”, manifestó.
En Cuba poco más de la mitad de los 11 millones de habitantes son mestizos o mulatos, 35% blancos y 15% negros, con una pequeña cuota de inmigrantes asiáticos y otros no europeos.
Según estimaciones, 10% de los isleños son católicos activos y entre 80% y 70% practica alguna religión afrocubana como la santería o la regla de Palo.
En 1998, Juan Pablo II realizó una histórica visita a Cuba en la que Fidel Castro, de traje y corbata, saludó al jerarca católico en el aeropuerto de La Habana y el Pontífice, que ayudó a tumbar el régimen comunista de la Unión Soviética y Europa del este, le pidió al entonces presidente que liberara a los presos de conciencia, prohibiera el aborto y le diera el lugar que la iglesia Católica merece.
Cuba niega que tenga presos políticos actualmente. Las autoridades se refieren a los disidentes como mercenarios, influenciados por Estados Unidos. Varios grupos de los derechos humanos dicen que algunos cubanos permanecen encarcelados por sus actividades políticas.
El alemán Joseph Ratzinger, quien fue elegido como Papa en abril del 2005, no ha hecho ninguna referencia a prisioneros políticos.