El opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) expresó hoy su desconfianza de que el presidente Bashar al-Assad cumpla el plan de paz porque “existe el riesgo de que el régimen vuelva a intentar esquivar los compromisos aceptados”.
“No obstante, nosotros nos lo tomamos en serio, pues cuando el régimen sirio no se atenga (a lo pactado), entonces habrá presión del principal socio, Rusia”, dijo la portavoz del CNS, Basma Kadhami, desde Estambul, donde se celebra una reunión de la oposición siria.
“Eso sería un importante avance. Una interrupción de los combates, aun cuando fuese temporal, podría venir bien sobre todo a las personas”. “Un alto el fuego diario de dos horas ya ayudaría mucho”, agregó Kadhami, citado por medios árabes.
Horas antes, el régimen sirio aceptó el plan de seis puntos del enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Liga Árabe, Kofi Annan, para poner fin al derramamiento de sangre en el país.
El plan de paz incluye un alto al fuego de las fuerzas sirias, la liberación de todos los detenidos de forma arbitraria, el ingreso de ayuda humanitaria y un diálogo político entre la oposición y el régimen del presidente Bashar al-Assad, entre otros puntos.
En Pekín, Annan pidió este martes al gobierno chino su apoyo para resolver el conflicto en Siria, dado que hay “un largo y difícil trabajo” para lograr ese objetivo.
“No puedo hacer ese trabajo solo, necesito ayuda y apoyo, y el apoyo y los consejos de países como el suyo, por eso estoy aquí, en Pekín”, dijo Annan durante su encuentro con el primer ministro chino, Wen Jiabao.
El ex secretario general de la ONU, quien viajó a China desde Rusia, intenta que los dos aliados de al-Assad lo ayuden en su propuesta, que no exige la dimisión inmediata del presidente sirio, a diferencia de un plan previo que Moscú y Pekín vetaron en el Consejo de Seguridad.
Wen, por su parte, estimó que la declaración de la ONU llamando al cese de la violencia, votada por Moscú y Pekín, reflejaba “el elevado nivel de preocupación y el importante consenso al que ha llegado la comunidad internacional sobre el tema sirio”.
Desde Seúl, donde se celebró la Cumbre de Seguridad Nuclear, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, advirtió que una eventual renuncia del presidente sirio no pondrá fin al derramamiento de sangre en Siria.
“Pensar que la marcha de al-Assad soluciona todos los problemas es tener vista a muy corto plazo. En este caso el conflicto probablemente seguirá”, dijo Medvedev, cuyo país no participará en la conferencia del grupo Amigos de Siria, a celebrarse el próximo mes en Estambul.
Medvedev ha calificado la misión de Annan como la “última oportunidad” para que la violencia, que ha dejado más de nueve mil muertos en un año, no escale de nuevo en Siria.
En el ámbito militar, las fuerzas leales al régimen sirio ingresaron este martes entre 200 y 500 metros hacia el norte de Líbano, destruyendo granjas y sosteniendo enfrentamientos con las fuerzas opositoras que se refugían allí, según residentes.
Los enfrentamientos tuvieron lugar cerca de la frontera, que no está bien delimitada, informó una fuente de seguridad en Beirut sin confirmar si las tropas se habían adentrado en el país vecino.
Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), un libanés resultó herido cerca de la frontera entre Líbano y Siria por una bala procedente del territorio sirio.
El Ejército libanés bloqueó la zona, donde miles de refugiados sirios -algunos de ellos miembros del Ejército Libre de Siria- han huido de la revuelta de un año dirigida por la mayoría suní contra Assad, miembro de la minoría alauita, una rama del Islam chií.
