Según expertos, la desnutrición puede deberse a factores genéticos, pero no se elimina la condicionante de la dieta. ARCHIVO
El experto José Elías García Ortiz dijo que talla y peso bajos, así como resequedad en cabello y piel, son datos sugestivos de desnutrición en niños.
El médico añadió que de manera general cuando el pediatra capta talla baja en un niño hace un envío para que se haga un análisis extenso del caso, a fin de llegar al origen de la alteración, que en alrededor de 5% deriva de una nutrición inadecuada.
Comentó que la desnutrición infantil es una condición que puede arrastrarse desde antes del nacimiento si la madre por razones económicas, sociales o personales, no tiene una alimentación adecuada, incluso durante su embarazo.
El investigador señaló que lo más común es que lleguen niños de entre dos y seis años que el pediatra ha derivado por retraso en el crecimiento y desarrollo.
Dijo que “llegan los casos ya muy tamizados, porque al ser el pediatra el primer filtro, está bien entrenado para la atención de estos pacientes en los que si el problema es por mala nutrición, les prescribe un aporte calórico y proteico para resolverlo”.
Explicó que de ahí que los pacientes que se envían, “en menos de 5% tienen talla y peso bajos por problemas nutricionales, mientras que en la inmensa mayoría se debe descartar una serie de factores, incluidos los genéticos, para encontrar la causa del problema”.
Resaltó que en los niños que atienden “no hay desnutrición extrema, sino una mala alimentación, y los problemas de desnutrición que actualmente se viven están condicionados por el exceso de carbohidratos y de alimentos chatarra, somos una población obesa, pero desnutrida”.
Afirmó que hay niños que nacen con bajo peso, “pero tienen alto riesgo de desarrollar diabetes o de convertirse en obesos cuando lleguen a la edad adulta”.
“Algunos obesos que estamos viendo ahora fueron desnutridos cuando nacieron, estamos ante una combinación de factores ambientales que inciden directo en el aspecto nutricional y en el desarrollo de enfermedades, y el retraso de crecimiento”.
Destacó que se heredan los hábitos alimenticios, “aunque esto es mayor en personas de bajo nivel socioeconómico, aquellas con un buen poder adquisitivo no están exentas del mismo, porque el origen es una dieta mal balanceada”.
Recomendó modificar el tipo de alimentos que se consumen y que éstos sean naturales de manera preferente, “hay que buscar que la base de la alimentación sean vegetales, frutas y verduras, y conforme se asciende en la pirámide, se incluyan proteínas, carbohidratos y grasas”.
Subrayó que un niño debe de pesar normalmente entre dos mil 600 y tres mil 500 gramos, “en ese rango nos manejamos, al momento de nacer es normal que el bebé pierda poco menos de medio kilo, pero a medida que crece y es alimentado empieza a ganar peso, y a los seis meses en promedio debe pesar lo doble que en su nacimiento”.
“Los parámetros de peso y talla que existen nos permiten evaluar si hay crecimiento adecuado, y si un niño se desnutre se va a notar en esos dos aspecto, pero si lo nutrimos en menos de seis meses podemos establecer cómo recupera su carril normal de crecimiento”, apuntó.