El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, sostuvo que la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo por el Congreso de su país es una “alerta” para América Latina.
En un artículo para el portal gubernamental El Ciudadano, Patiño señaló que la destitución de Lugo, el 22 de junio pasado, fue un “golpe de Estado” que constituye “una alerta para los países de América Latina”.
“Violentando un proceso democrático legal y legítimo, repitiendo la ominosa estrategia aplicada en Honduras en 2009, se destituye a un presidente elegido democráticamente por el pueblo”, añadió el canciller ecuatoriano.
Sostuvo que en esta ocasión “varió un poco el libreto” y los “militares no allanaron” la casa de Lugo y lo expulsaron del país, pero “utilizando subterfugios”, una mayoría del Congreso, que “representa a la vieja clase política, armó un juicio” político.
Según Patiño, “las irregularidades de tal proceso son evidentes” y empezaron antes, porque ante la ausencia de un procedimiento parlamentario para enjuiciar a Lugo aprobaron un reglamento para procesarlo en 24 horas, sin darle tiempo para defenderse.
“Pero era obvio que parte del plan de destituir al presidente Lugo era el factor tiempo (...) y hacerlo lo más rápido posible tenía como finalidad evitar manifestaciones de apoyo tanto en el Paraguay como en el exterior”, agregó el funcionario.
El jefe de la diplomacia ecuatoriana advirtió que, “como nunca antes, el juicio político fue televisado en directo y el mundo pudo ver este golpe de Estado constitucional” en un país que eligió a Lugo “para terminar con la larga noche del Partido Colorado”.
El gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa no reconoce al nuevo mandatario paraguayo Federico Franco y retiró a su embajador en Asunción.