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Diez caprichos permitidos

AREPAS, pizzas, pasta o chocolate no tienen por qué estar prohíbidos en un régimen alimentario para perder peso.

AREPAS, pizzas, pasta o chocolate no tienen por qué estar prohíbidos en un régimen alimentario para perder peso.

EL UNIVERSAL

Cuando las personas hacen dietas rigurosas y de forma continuada, terminan por creer que todo aquello que no sea un plato con vegetales puede ser un capricho, del cual hay que alejarse rápidamente. Sin embargo, no tiene por que ser así. Hay alimentos que pueden y deben formar parte del régimen que se sigue. También, hay que tomar en consideración que la sensación de goce que se aprecia al caer en la tentación de darse un gusto, por muy vedado que esté, mejora siempre el estado de ánimo, aún cuando sea temporalmente. Por lo tanto, hay que ponerle “malicia” a la comida de cada día, pero de forma inteligente. Lo que significa: optar por aquellos antojos que no desequilibren de manera extrema la balanza y que a su vez sean una delicia para los sentidos, más por su calidad que por su cantidad. A continuación algunas propuestas:

1. Arepas: Son muchas las personas cuyo desayuno o cena no puede concebirse sin este alimento, elaborado con harina de maíz precocida, sal y agua. Pero en la mayoría de las dietas su consumo está prácticamente desterrado, lo que constituye una injusticia, pues una arepa de buen tamaño contiene, aproximadamente, 150 kcl. El problema radica en los rellenos, que por lo general, por su contenido en grasas, agregan muchas calorías al llamado pan nacional. Por eso la sugerencia es que se tome durante el desayuno o almuerzo, ya sea sofrito -con muy poco aceite- de tomate, cebolla, ajo, ají dulce y un solo huevo, una ración de requesón o una de jamón bajo en grasa. También puede combinarse con una buena ensalada y un trozo de pollo o carne asada. Las posibilidades son amplias, con un poco de imaginación se puede disfrutar de este delicioso plato sin que se resienta el peso corporal.

2. Pizza: Comer este plato como uno de los almuerzos de la semana no implica romper la dieta, siempre y cuando se tomen en consideración las combinaciones a realizar, tanto de los ingredientes que la conforman como del resto de la comida; por ejemplo tomarla con una ensalada cruda y una fruta a manera de postre. Esta receta preparada en casa puede ser menos calórica, ya que puede elaborarse con un pan de pita, cubriéndolo con una salsa de tomate con muy poco aceite y optando por aquellos componentes que pueden ser más sanos, como ruedas de cebolla, de tomate, pimentones, champiñones, una lámina de jamón y dos rueditas de queso mozzarella, ambos ingredientes picados en cuadritos y distribuidos en toda la superficie. Llevar al horno por unos minutos o hasta que se vea cocida y crujiente. Evite el salchichón y la tocineta. Intente disfrutarla en compañía de otra persona, coma despacio y ¡disfrute los sabores!

3. Papas fritas (horneadas): Constituyen la tentación por excelencia de todos los que hacen dieta, pero lo cierto es que pueden consumirse sin miedo, en pequeñas cantidades y de vez en cuando -no diariamente. Para disminuir considerablemente las calorías -un 70% aproximadamente- puede hacerlas horneadas: tome tres papas medianas, pélelas y córtelas por la mitad y cocínelas en abundante agua durante 6 minutos. Raspe con un tenedor la cara curva de cada media papa para que quede rugosa. Dispóngalas en una fuente de horno engrasada. Funda 12 gramos de mantequilla y añádale una cucharadita de aceite de oliva, pinte con esta mezcla las papas, reservando un poco para rociarlas mientras se asan. Meta la bandeja en el horno y ase durante 30 minutos o hasta que estén bien doradas; úntelas a mitad de la cocción con el resto de la mantequilla y el aceite.

4. Mariscos: Muchas personas opinan que darse el capricho de una mariscada puede tirar por la borda sus esfuerzos por adelgazar. Pero no necesariamente es así, pues el marisco es muy rico en agua y además apenas contiene grasas: 100 gramos tienen entre 70 y 100 calorías. El problema está en la técnica de cocción que se utiliza, ya que por lo general se fríen. Utilizar la plancha o el vapor constituye la mejor alternativa. También puede incorporarse a la comida almejas, ostras y mejillones, todo combinado con unas papas al vapor y una buena ensalada verde. De tomar, un jugo de fruta.

5. Pasta: Este es un alimento bajo en colesterol y grasas, siempre y cuando no esté lleno de carne, salsa y queso. Lo aconsejable es elegir una salsa ligera, como por ejemplo: tomate, cebolla, ají dulce y ajo, poner a cocinar en un poco de agua por 15 minutos, luego licuar y colocar sobre la pasta, agregando una cucharada de queso, preferiblemente no graso. Lo más recomendable es preparar este alimento al dente, porque de esta manera tiene un índice glicémico menor que cuando está más cocido, lo cual significa que la velocidad con la que sus azúcares llegan a la sangre es menor, evitándose de esta manera la secreción de insulina (hormona que facilita el depósito de grasa en el cuerpo y al mismo tiempo aumenta el apetito). También puede agregarse a la salsa unos camarones o calamares salteados.

6. Chocolate: Puede tomarlo todos los días sin que afecte su dieta, pero siempre en pequeñas cantidades: entre 28 y 50 gramos, ¡no más! Eso sí, preferiblemente el llamado chocolate negro, es decir, aquel que tiene por lo menos un 60% de cacao. No hay que olvidar que se trata de un alimento muy rico en minerales, especialmente magnesio, hierro y potasio. Numerosos estudios destacan su gran poder antioxidante, particularmente beneficioso para el sistema cardiovascular. Tomarlo aumenta la producción de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad.

7. Helado de fruta: Se diferencia del helado tradicional por no incorporar contenidos ni ingredientes grasos, además de no incluir yema de huevo. Por esta razón su textura es menos firme y más líquida, menos cremosa y por tanto menos calórica. Además, este tipo de sorbete tiene al menos un 15% de frutas, por lo que su contenido en vitaminas es sensiblemente superior al del resto. Puede ser un postre para después de un almuerzo de fin de semana. Pero no se exceda en su consumo, pues aporta azúcar en cantidades considerables.

8. Gelatina: Se trata de un alimento natural, bajo en calorías y rico en proteínas, por ser de origen animal. Sin embargo, está exento de colesterol y de materias grasas. Constituye un buen postre o una merienda. La forma ideal de comerla es con fruta añadida. Entre sus proteínas destaca el colágeno, sustancia que favorece la regeneración de las articulaciones, previene lesiones y protege la salud ósea.

9. Cotufas: Su consumo, en cantidades moderadas, no tiene porqué afectar la dieta. Preferiblemente elabórelas en casa, con muy poco aceite y sin mantequilla. Si es de las personas que no pueden ver una película en el cine sin consumirlas, opte por un paquete pequeño y trate de ingerir menos alimentos en la comida posterior.

10. Vino: Si es amante del vino, no necesariamente tiene que prescindir de él. Por supuesto que el alcohol aporta muchas calorías, pero tomar vino con moderación puede ser, además de un verdadero placer sensorial, una fuente de salud. Lo aconsejable es una copita al día, lo que representa unas 83 kilocalorías.

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