'Dios quiera que llueva'

En el rostro de sus habitantes se refleja la angustia, en sus animales la muerte.

Ya se ha perdido más de la mitad del ganado de los productores de traspatio de Bajío de Ahuichila (el último ejido de Viesca, colindante con Zacatecas) por la sequía.

Las familias de este poblado, ubicado a 120 kilómetros de Torreón y a casi 40 kilómetros de la zona urbana de Viesca, están emigrando ante un panorama desolador.

Bajío de Ahuichila refleja lo que muchos ejidos del norte de la República padecen por la falta de lluvia.

Enclavada entre cerros, sin actividades económicas productivas para su gente y prácticamente incomunicada, esta comunidad pareciera condenada a la desaparición.

Los corrales lucen vacíos. En otros, hay animales cuya piel se pega a sus huesos y no tienen fuerza para ponerse de pie. Resignados parecen esperar la muerte.

"Ésta ya no se quiere levantar", dice Héctor Tapia, uno de los habitantes, mientras toca con el pie a una de sus vacas.

"Se nos mueren los animales, teníamos 20 y ya nada más nos quedan 8 y eso de 6 meses para acá", asegura.

Los productores de Bajío de Ahuichila se van machete en mano rumbo al monte.

Suben cerros, se encajan espinas y cortan cualquier cactus. Su sudor no es suficiente.

"Traemos palma, nopales y maguey, no hay mucho pero vamos hasta donde sea porque no hay de otra", menciona Héctor mientras muestra la caja de su "troca" vieja cargada con palma.

La situación económica a raíz de la sequía es cada vez más difícil para los habitantes pues los animales no están en condiciones de venderse, no están sanos, no producen y tampoco ganan mucho trabajando la candelilla.

"La cera la pagan ahora 10 pesos más barata, antes estaba en 40 pesos el kilogramo y ahora a 30 pesos porque ya mucha gente de los ejidos vende porque no hay otro trabajo", explica el productor.

Para Crescencio Tapia, otro habitante, la vida cada día es más difícil para él y su familia de 5 integrantes.

"Mis vacas están muy flacas, tenía 50 y me quedan 30 si acaso porque ya las demás se murieron. El año pasado fueron 8 y todas las demás este año desde la sequía", comenta.

Bajío de Ahuichila se encuentra aislado, la carretera que conduciría de Viesca a Zacatecas proyectada desde el 2006 por el Gobierno del Estado se encuentra inconclusa, no hay fuentes de empleo y sólo llega un autobús con dificultad hasta esta zona.

"¿Dónde jala uno?, tener animalitos es lo que sabemos hacer, nosotros por andarles buscando alimento tampoco podemos irnos a buscar algo en la ciudad", cuestiona Crecencio.

 EMIGRAN Sin embargo, ante la sequía abandonar esta comunidad es la opción para muchos.

Teófilo Méndez Delgado, comisariado ejidal, asegura que la sequía que lleva más de 4 años pero en 2011 y lo que va del 2012 se agudizó, lo que ha obligado a las familias a emigrar.

"Se han ido 20 familias, éramos 50 y ya quedamos como 30 nomás", dice Teófilo, quien ha perdido también la mitad de sus animales. De 20 que tenía ya murieron 10.

"La mayoría de las personas se van a las fronteras pero varios se regresan por la violencia que hay allá, no sabemos para dónde hacernos, la gente se va por hambre, uno sale para darle otra vida a los hijos porque aquí se sufre mucho y resulta que en veces no sale como uno piensa", explica la autoridad ejidal.

Y es que la tendencia en Bajío de Ahuichila en cuanto a población es a la baja.

Según datos del Consejo Nacional de Población en 2005 había 97 habitantes en Bajío y 5 años después, en 2010, el dato arrojaba 95.

Pero en 2011 la sequía obligó a los campesinos a irse y ahora quedan 26 familias.

 INSUFICIENTE Los habitantes de Bajío de Ahuchila refieren que la ayuda gubernamental que recibieron hace 4 meses por la sequía es insuficiente: cerca de 40 pesos por cabra y poco más de 200 pesos por vaca.

Y es que sus animales pueden comer -racionando- media paca al día. La paca de alfalfa cuesta 130 pesos.

 MORIRáN MáS En noviembre del 2011 según datos de Fomento Agropecuario de Viesca habían muerto mil animales.

En Viesca había en total 19 mil 800 cabezas de cabras y 3 mil 600 cabezas de ganado vacuno.

Después de eso la cifra de muertes se triplicó y sigue en aumento.

Los productores, todos del sector social, quienes tienen un máximo 45 vacas y hasta 270 cabras, no tienen muchas esperanzas de que la situación mejore.

"Faltan los meses más calurosos, ahorita no hay alimento en el monte ya, todavía no entra el calor, dios quiera que llueva si no qué va a hacer de nuestras familias", expresa Toribio Tapia, quien lleva ya 65 años de su vida en este ejido y cuyas cabras, mismas que suben todos los días a los cerros, están ya en los huesos.

Cerca de sus corrales le queda todavía un cerdo que respira con dificultad. "Todavía nos falta lo más difícil, pero esto que se ve no nomás pasa aquí, en muchos ejidos de aquí de la Laguna están igual que nosotros y hasta peor", advierte Toribio.

No terminan carretera

En octubre del 2006 el entonces gobernador Humberto Moreira Valdés puso en marcha los trabajos de construcción de la Carretera Viesca-Bajío de Ahuichila, que comunicaría a esta población con Zacatecas, y en la que se anunció serían invertidos 80 millones de pesos con una longitud de 37 kilómetros.

El Gobernador mencionó que con la terminación de esta vía de comunicación a los municipios de la Región Lagunera les será más fácil transitar por Viesca hacia Zacatecas y así se evitarán un gran rodeo y poder conectarse no sólo con Mazapil, sino con la carretera a Concepción del Oro.

La carretera inició con una inversión de 20 millones de pesos en una primera etapa, no obstante todavía no han concluido los trabajos y desde hace más de un año siguen faltando 5.26 carriles para llegar a Bajío de Ahuichila. En la zona sólo hay dos máquinas trabajando.