Tres vehículos de los observadores de la ONU desplegados en Siria recibieron disparos cerca de la conflictiva zona de Al Hafa, en la provincia mediterránea de Latakia, según un comunicado de la misión.
El origen de los disparos es incierto y los miembros del contingente se encuentran ya sanos y salvos en sus bases de operaciones, informó la Misión de Supervisión de la ONU en Siria (UNSMIS), que trata de verificar la situación en Al Hafa, escenario de recientes bombardeos por parte de las tropas del régimen.
El suceso ocurrió cuando un grupo de observadores intentó acceder a esta zona y una turbamulta, al parecer de residentes de Al Hafa, se lo impidió al rodear el convoy, lanzar piedras y atacarlos con barras metálicas.
Atosigados, los miembros de la misión de la ONU optaron por abandonar el lugar en dirección a la provincia septentrional de Idleb, momento en el los vehículos en los que viajaban fueron blanco de los disparos.
La UNSMIS trata desde el pasado 7 de junio de entrar en Al Hafa pero la violencia se lo ha impedido hasta el momento, según la nota, que pide a todas las partes enfrentadas garantizar acceso inmediato a los observadores.
El lunes, el mediador internacional para Siria, Kofi Annan, volvió a requerir la entrada inmediata en la localidad, ante los "informaciones que indican (que el régimen sirio) usa morteros, helicópteros y tanques en la ciudad".
EU expresó, por su parte, el temor a que Damasco pueda estar preparando una masacre en ese municipio.
El Ministerio sirio de Asuntos Exteriores respondió este martes con dureza a Washington, afirmando que sus acusaciones tergiversan la realidad en Siria y animan a los terroristas a cometer más matanzas en el país.
Al hilo de este argumento, la agencia de noticias oficial Sana aseguró que las autoridades continúan con la persecución de "terroristas" en Al Hafa, que han atacado a familias y destruido propiedades públicas y privadas.
Según la misma fuente, en la operación han muerto varios combatientes y al menos dos efectivos de las fuerzas de seguridad.
La UNSMIS también divulgó este martes un comunicado en el que explica que en su visita ayer a Telbise y Al Rastan, en la provincia de Homs, comprobaron que el humo aún se elevaba desde las casas y edificios bombardeados, y que había sangre en el interior y el exterior de las viviendas.
Los observadores constataron que helicópteros continuaban con sus disparos y que las carreteras estaban vacías y las tiendas y centros médicos cerrados.
La persistencia de la violencia en Siria pone en entredicho la efectividad del plan de paz de Annan, que estipula un alto al fuego, en vigor desde hace dos meses, que no ha sido respetado por las partes.
Desde Ginebra, Ahmad Fawzi, portavoz del diplomático ghanés, consideró este martes que Damasco debe dar una señal más fuerte y detener la violencia en el país, donde, a su juicio, se observa un recrudecimiento de las hostilidades en los últimos dos días.
