Disputa FCH control del PAN
Horas después de la jornada electoral, el presidente Felipe Calderón inició un intenso cabildeo con consejeros nacionales del partido, dirigentes locales, gobernadores, ex presidentes nacionales, "cuadros distinguidos" y legisladores electos, con el fin de dirigir personalmente lo que él mismo ha denominado el proceso de refundación de Acción Nacional.
En días laborales, algunas veces en Los Pinos y otras aprovechando giras oficiales de trabajo, el primer mandatario se ha reunido con decenas de panistas para discutir las causas de la derrota y el rumbo que deberá tomar el partido.
La operación de Calderón comenzó el lunes 2 de julio, cuando telefoneó a decenas de candidatos a diputados y senadores que ganaron su elección. Esa misma noche, cenó con ex presidentes de Acción Nacional en Los Pinos.
Continuó el martes 3, en una comida de casi cuatro horas con la ex candidata Josefina Vázquez Mota; los gobernadores panistas de Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Sonora; los ex dirigentes Luis H. Álvarez, Luis Felipe Bravo Mena, Germán Martínez y César Nava; los líderes parlamentarios José González Morfín y Carlos Alberto Pérez Cuevas; el dirigente, Gustavo Madero; el ex coordinador de la campaña Roberto Gil; el ex precandidato Ernesto Cordero; el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré; además de Diego Fernández de Cevallos, Pancho Barrio, Alberto Cárdenas, Juan Manuel Oliva y Tarcisio Rodríguez.
El jueves 5 Calderón aprovechó su viaje a Veracruz, en el que inauguró la autopista Perote-Banderilla, para sostener una ríspida reunión con líderes locales. Según panistas consultados por Enfoque que prefirieron omitir su nombre, el Presidente repartió culpas, regañó y advirtió que refundaría el partido con o sin ellos.
Esa misma noche Calderón encabezó otra reunión en Los Pinos, a la que se sumaron dos de los panistas en los que más confía: Luis Mejía y Rafael Morgan. Para ese cónclave, Poiré invitó a especialistas para tener una visión externa: Soledad Loaeza y Federico Estévez estuvieron entre los convidados, según la versión de uno de los asistentes.
El viernes 6 y el sábado 7 continuaron los cabildeos. Juan Ignacio Zavala, Roberto Gil, Ernesto Cordero, entre otros, participaron en dichas reuniones.
Ese fin de semana el secretario particular del Presidente, Tarcisio Rodríguez, circuló entre los exdirigentes nacionales del PAN una carta que entregaron al Comité Ejecutivo Nacional en su sesión del lunes 9 de julio.
La carta firmada por Calderón, Álvarez, Bravo Mena, Martínez y Nava se titula Por la reconstrucción del PAN y llama a ejecutar con rapidez un cambio profundo.
"Es necesario que el partido asuma claramente la derrota del 1o. de julio como una oportunidad para refundarse desde los cimientos. Proponemos la realización de una iniciativa de una envergadura cercana a la emprendida por nuestros fundadores. Pretender enfrentar la situación actual a través de reformas meramente superficiales lejos de resolver los problemas sólo serviría para seguirlos ocultando", se advierte en la misiva de tres cuartillas.
Los ex dirigentes proponen una reforma estatutaria que abarque cinco puntos: una nueva manera de abrirse a la ciudadanía y renovar la membresía; una nueva forma de elegir a los candidatos; un nuevo modelo de organización para lograr un implante territorial efectivo; una nueva vía para sancionar y "excluir con rapidez y eficacia" a aquellos cuya conducta trastoquen la identidad del PAN, y una nueva manera de administrar el financiamiento público.
Con este documento como bandera, Calderón reanudó sus reuniones con cuadros del partido.
El viernes 13 de julio viajó a Sonora para inaugurar dos puentes vehiculares y una unidad de medicina familiar del IMSS. En medio de la gira comió con consejeros nacionales sonorenses en la casa de gobierno, con el mandatario estatal, Guillermo Padrés, como anfitrión.
La reunión fue muy distinta a la de Veracruz: asistieron sólo consejeros: Luis Fernando Rodríguez, Mercedes Corral, Emma Larios, Dolores del Río, Luis Serrato, Héctor Larios, Oscar Ochoa, Mario González Puón, Enrique Torres, Ernesto Munro y David Figueroa. El Presidente compartió su diagnóstico, escuchó y evitó confrontarse.
El lunes 16 viajó a Guanajuato para inaugurar obras viales, y dedicó tres horas de su gira para encabezar una reunión en un salón de la ex hacienda Casa de Piedra, en la que estuvo el gobernador interino Héctor López y siete consejeros nacionales.
En el encuentro, según uno de los asistentes, el Presidente manifestó su preocupación por las derrotas locales, como la ocurrida en León, donde el PAN gobierna desde 1988.
La historia se repitió el miércoles 18 en Morelos, a donde oficialmente viajó para inaugurar un hospital de alta especialidad.
Y el jueves 19 reunió a los consejeros nacionales del Estado de México en Los Pinos.
MADERO GANA TIEMPO Al activismo del presidente de la República, Gustavo Madero respondió con su propia gira: en los últimos 10 días ha estado en Jalisco, Nuevo León, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Durango y Coahuila, para reunirse con los comités estatales.
El líder nacional, que se niega a dejar el cargo, está preparando el Consejo Nacional del 11 de agosto, en el que deberá discutirse la propuesta de reforma estatutaria promovida por Calderón y la idea de celebrar una Asamblea Nacional extraordinaria antes de que culmine el año.
Sus últimos movimientos han desconcertado a muchos panistas: el domingo 15 de julio el PAN difundió un documento de cuatro cuartillas en el que insiste en que las elecciones no fueron equitativas, pero promete que no pagarán al PRI "con la misma moneda de la obstrucción legislativa".
Al día siguiente, en otro comunicado, Madero puso en la agenda pública el tema de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, al asegurar que la asistencia de los legisladores del PAN está condicionada a que la aprueben los nuevos grupos parlamentarios.
El miércoles creó un cargo inexistente en la estructura del CEN para dárselo a Vázquez Mota: la "coordinación de Acción Política", que ella aceptó.
Y el jueves, dos días después de que Calderón recibió a Peña Nieto en Los Pinos, apareció con el líder del PRD, Jesús Zambrano, reviviendo el caso Monex y exigiendo al IFE esclarecer las irregularidades en el financiamiento de la campaña priista.
Ese mismo día anunció el nombramiento de dos nuevos voceros del partido: Juan Manuel Oliva y Juan Molinar Horcasitas, a quienes Vázquez Mota desconoció en campaña.
Madero sigue ganando tiempo: la semana pasada convocó ya a los legisladores electos a realizar sus reuniones plenarias en Jurica, Querétaro, el 5 y 6 de agosto. Ahí usará su facultad estatutaria de nombrar coordinadores parlamentarios.
El 11 de agosto, el Consejo Nacional decidirá si la Asamblea Nacional se celebra antes o después del 1o. de diciembre. De eso dependerá si Madero y los demás grupos del partido miden fuerzas con Calderón siendo Presidente o ex Presidente.
'Triunfo de PRI, retorno de dinosaurios
El priísta Enrique Peña Nieto no será un hombre de transformación en México y el panismo está pagando 12 años en el gobierno sin grandes progresos, con currupción y violencia, dice Bruce Bagley, jefe del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad de Miami y conocedor a fondo del narcotráfico y su impacto en la estructura social y política en México.
Ha viajado incontables veces a países de América Latina, entre ellos, México. Ha vivido en ellos por largas temporadas como profesor invitado, investigador o asesor de organismos multilaterales. Se mantiene bien informado.
Se refiere al triunfo del PRI, como "el retorno de los dinosaurios". Dice preocuparle México. En entrevista, en su oficina en la Universidad de Miami, señala: "Yo me temo que va a seguir la sangre y la violencia durante los próximos seis años", dice.
¿Por qué le preocupa México?
Las elecciones son el resultado del rechazo a los 12 últimos años de panismo. Está muy claro. Pero estoy preocupado: el candidato que gana, no es un hombre ilustrado. Es la generación joven del PRI; una cara nueva que tiene mucha aceptación entre distintos sectores descontentos con sus niveles de prosperidad y con el progreso del país.
El Partido Acción Nacional quedó reducido a su mínima expresión. ¿Hay alguna posibilidad de recomposición en el corto plazo?
El panismo está pagando el precio de dos sexenios sin grandes progresos, con una recesión monumental, con mucha corrupción y violencia. El PAN puede reconstituirse, pero se demorará entre tres y seis años. El gran beneficiado es el PRD, porque el voto de protesta en contra del retorno del PRI se canalizó a través de AMLO.
Mucha gente votó por el PRI al parecer por esa nostalgia de la estabilidad perdida en la guerra al narco. ¿Se debe tomar en cuenta este punto al evaluar el triunfo de Peña?
De acuerdo. El descontento tiene que ver con la economía y con la ola de violencia, el desangre, la inestabilidad a nivel regional, que se ha palpado en todo el país, en especial en los ocho estados del norte. Hay un rechazo a las políticas de militarización de (Felipe) Calderón (Hinojosa) porque no ha producido sino sangre; no hay una derrota del crimen organizado, así el presidente Calderón diga lo contrario.