En un ambiente de fiesta, Chivas de Guadalajara y Águilas del América disputaron esta tarde el segundo clásico de clásicos en el nuevo estadio del "Rebaño Sagrado", luego que en el primero de ellos se impusieran los rojiblancos a su acérrimo rival.
Varias horas antes de que comenzara el enfrentamiento, miles de aficionados comenzaron a arribar a este escenario, que conforme pasó el tiempo se comenzó a teñir de rojo y blanco en su mayoría.
Niños, jóvenes y adultos con sus playeras de Chivas caminaban por los alrededores de este inmueble para disfrutar de los típicos antojitos, así como para llevarse un bonito recuerdo de esta edición del clásico, como gorros, llaveros, banderas, balones y uniformes, entre otros.
Aunque fueron minoría, los seguidores americanistas no se dejaron intimidar y expresaron con sonoras porras el amor a su camiseta, además de sus tradicionales cánticos.
No podía faltar la belleza de las tapatías, quienes lucieron sus hermosos cuerpos y bellos ojos a lo largo y ancho del Estadio de Chivas.
El primer plantel en ingresar al estadio fue Chivas, cuyo autobús recibió aplausos y gritos de aliento a su paso, caso contrario sucedió con el de Águilas, que llegó custodiado por patrullas y acompañado de silbidos de los presentes.
De manera paulatina, todas las gradas se empezaron a ocupar, y un monumental abucheo cimbró el inmueble cuando los 11 titulares americanistas ingresaron al césped sintético y una gran ovación se desató para albergar a los jugadores rojiblancos que iniciaron esta batalla por el honor, por el orgullo.
Un silbatazo dio la señal para que comenzara una edición más de este clásico de clásicos y 22 gladiadores salieron impulsados para dejar todo dentro de la cancha, ante un ensordecedor alarido de "¡Chivas, Chivas, Chivas!".