El debate sobre la legalización de las drogas dividió a presidentes del Continente Americano y se convirtió en el centro de atención de la Cumbre de las Américas.
La Cumbre arrancó con la propuesta del presidente de Guatemala, Otto Pérez, de revisar el modelo de prohibición de las drogas, al que culpó de provocar violencia en México y América Central.
Aunque no se pronunció por la legalización abierta de las drogas, la propuesta pide discutir esa posibilidad.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, la respaldó al pedir a los mandatarios del continente "hacer un alto en el camino para revisar qué se ha hecho y a dónde va la guerra contra las drogas".
Santos aclaró que la discusión no debe dejar de lado el combate contra el crimen organizado.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abrió la Cumbre con su rechazo a la propuesta de debatir la legalización. "No es la respuesta", dijo.
Obama también pidió a los presidentes en la reunión que no culpen a Estados Unidos de los problemas de otros países.
El presidente Felipe Calderón no emitió una postura sobre la propuesta de Guatemala y sólo dijo que se "debe profundizar" el diagnóstico sobre el crimen organizado y el narcotráfico para mejorar el combate.
La propuesta hecha por el presidente de Guatemala contó con el respaldo de Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Perú, aunque estos países no se han pronunciado por dar pasos concretos hacia la legalización.
En contraste, Nicaragua, Honduras y El Salvador rechazaron debatir la legalización de las drogas.
