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Divididos otra vez

Mirando a fondo

VÍCTOR GÓNZALEZ AVELAR

UN AMIGO de la mesa de café, me mandó un correo que trata sobre la perpetua división que practicamos los mexicanos entre sí y que tanto daño le ha hecho a este país. Por desgracia no mandó el nombre del autor para mencionarlo en esta colaboración, no obstante ello, trataré de reinsertar algunas de sus ideas.

DESDE EL DÍA SIGUIENTE que se firmó nuestra Independencia del Imperio Español, el 21 de septiembre de 1821, nuestra historia ha sido la misma: todos contra todos. Como dice el Himno Nacional: "Mexicanos al grito de guerra…" pero entre nosotros mismos.

 DESDE AQUEL DÍA empezaron las luchas fratricidas por el poder. Unos querían una monarquía con un príncipe español, otros el imperio, los hubo que buscaban la república estilo los Estados Unidos de Norteamérica, pero centralista y otros federalista.

 ELLO NOS LLEVÓ a inacabables guerras fratricidas durante todo el siglo XIX y después, hasta los primeros treinta años del siglo XX.

La vez que se pusieron de acuerdo algunos mexicanos en los albores del siglo XIX, decidieron tener un emperador: Agustín I. Los mismos mexicanos resolvieron después destronarlo para poner a Guadalupe Victoria. Fue entonces que Victoria se encontró con su peor enemigo: el vicepresidente Anastasio Bustamante. El proyecto de Bustamante fue a su vez, quitar a Guerrero; el proyecto de Santa Anna era quitar al que estuviera; el de Juárez fue quitar a Santa Anna y el de Díaz quitar a Juárez y a Lerdo de Tejada.

 DEBERÍAMOS REFLEXIONAR sobre la conducta de nuestros políticos de 1843, que mientras se disputaban el poder, las fuerzas del ejército norteamericano ocupaban el territorio nacional: Mariano Paredes, al mando del mejor ejército de que en su historia había tenido México, en vez de defender a la nación de la invasión, lo usó para conservar el poder. El otro Mariano, Salas, al mismo tiempo estaba en la capital proclamando la monarquía. Entre tanto los yanquis desfilaban sin mucha dificultad hasta el Palacio Nacional.

 DURANTE LA REVOLUCIÓN Carranza eliminó a Zapata; Obregón se echó a Carranza; Calles se deshizo de Villa y de Obregón, y Cárdenas expulsó a Calles. No fue sino hasta la tercera década del siglo XX, que en México se lograron coaligar y consolidar las fuerzas reales del poder y los poderes fácticos para que el país tuviera 70 años de paz y desarrollo. Sin tratar de negar ni dejar de lado la serie de errores, atropellos, excesos y desviaciones que durante esos años se cometieron, es incuestionable que México logró lo que no había logrado en toda su historia: ubicarse como la novena economía del mundo entre más de 200 naciones.

 PERO DESPUÉS de haber sido la novena economía del mundo, en solamente doce años caímos al lugar 14 y seguiremos en picada si no se logra que los mexicanos nos unamos. Las reformas estructurales y fundamentales como son la política, la fiscal y la laboral no se han logrado, porque los mexicanos seguimos divididos como en el siglo XIX. En las cámaras legislativas las fracciones parlamentarias parecen no tener otro interés que satisfacer los de sus propios partidos. Quieren legislar para lograr sus pequeños programas políticos y poder continuar con un clientelismo electoral que les permita sostenerse en el poder o tomarlo.

 HABIENDO SIDO las elecciones más concurridas y vigiladas en la historia de este país, aún seguimos discutiéndolas y poniéndolas en entredicho. Una sola persona y una sola ambición, rige los tiempos políticos del país. Este mesiánico no es capaz de aceptar lo que está a la vista de 120 millones de mexicanos: que su partido perdió la elección. Su ambición obsesiva sigue dividiendo a los mexicanos. Si es necesario tratará de que el presidente electo por casi 20 millones de votos no pueda tomar posesión como ya lo intentó en 2006.

 EL MESIÁNICO HARÁ TODO LO NECESARIO para romper la estabilidad del país y pasar sobre las instituciones. Inmerso en un mesianismo parecido a muchos dictadores y políticos del siglo XIX, se ha convertido en el "mas si osare" del Himno Nacional. No le importará destruir los importantes avances que ha logrado la llamada izquierda dentro de los espacios políticos del país. Se autonombra como el único posible salvador de la patria y todo aquel que no esté de su lado es corrupto o ladrón.

 MÉXICO ESTÁ EN riesgo de su polarización. Para cuando el Tribunal Electoral Federal dicte su resolución declarando válidas las elecciones de 2012, el país amanecerá dividido y polarizado, tal y como lo sueña el nuevo profeta, autor de los diez mandamientos.

Divididos los mexicanos seremos presa fácil del hambre, la pobreza, del analfabetismo, de la falta de desarrollo económico y del crimen.

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