Djokovic se ha llevado la final número cien del torneo en el cuadro masculino, en un partido en el que hubo de todo. (Fotografías de EFE)
En tal vez una de las mejores definiciones en la historia del tenis profesional, Novak Djokovic superó a Rafael Nadal para atrapar su tercer título en el Abierto de Australia, haciéndolo tras disputar la final más larga de la era abierta en los Grand Slams: 5 horas y 53 minutos de pura tensión.
Los jugadores entraron a la cancha a las 7.30 de la noche del domingo y eran las 1.37 de la madrugada australiana cuando el serbio de 24 años acabó imponiéndose 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5), 7-5, poniendo fin a un espectacular duelo.
Minutos antes, igualados 4-4 en un electrizante quinto set, un exhausto Djokovic se acostó de espaldas en la cancha tras perder un peloteo de 31 golpes, el más largo del partido.
Casi sin aliento, Djokovic levantó la raqueta y encontró la energía para seguir peleando y vencer al español Nadal por séptima vez en una final desde marzo.
Djokovic se arrancó la camiseta para celebrar uno de las finales más dramáticas en la historia del tenis. Descargó toda su emoción golpeando con fuerza una de las barreras alrededor de la pista de la Arena Rod Laver.
Se había convertido en el quinto hombre en ganar tres finales consecutivas en las grandes citas desde que la era abierta comenzó en 1968, un selecto quinteto en el que figuran Nadal, Roger Federer, Pete Sampras y Rod Laver.
Nadal terminó inclinándose en la red, mientras que Djokovic se puso de cuclillas durante la ceremonia de premiación. Eventualmente, alguien se apiadó de ambos, al llevarles sillas y botellas de agua a cada uno.
"Hemos hecho historia esta noche y lamentablemente no podía haber dos ganadores", dijo Djokovic tras el duelo de individuales de mayor duración en la historia del torneo australiano.
La victoria de Djokovic extendió su embrujo sobre Nadal.
En circunstancias fatídicas, quizá injustas por el nivel de juego, Nadal se convirtió en el primer hombre en la era abierta que pierde tres finales seguidas de un Slam. Todas han sido ante Djokovic, al incluirse Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos.
Luego de dejar llorando a Roger Federer cuando ganó el mismo torneo, imponiéndose en cinco sets hace tres años, Nadal se mantuvo tranquilo en los discursos durante la premiación e incluso hizo una broma.
Después de estar abajo 5-3 para ganar el desempate del cuarto set, Nadal se adelantó 4-2 en el quinto parcial y parecía tener a Djokovic contra las cuerdas y con visibles muestras de fatiga.
Pero el número uno del mundo, que venía de jugar casi cinco horas para vencer en su semifinal a Andy Murray, logró encontrar fuerzas y supo reaccionar. Le rompió el servicio de Nadal para irse al frente 6-5, levantó una bola de quiebre y finalmente consiguió el triunfo.
Previamente, el partido más largo de una final en un Slam fue el duelo de 1988 por el cetro del Abierto de Estados Unidos, en el que Mats Wilander e Ivan Lendl batallaron durante 4 horas y 54 minutos.
La final más larga en Australia también involucró a Wilander al vencer a Pat Cash en 4:27 en 1988.