Precisamente hoy se celebra el 113 aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges, y a propósito de ello contaré aquí un par de anécdotas del inmortal literato argentino, al que la academia sueca le negó siempre el Premio Nobel de Literatura.
Pero antes de ello, quisiera hacer una reflexión sobre el sucedido contado por el presidente Felipe Calderón, consistente en que en una ocasión amenazaron, los narcos, con derribar al avión presidencial, porque es un buen ejemplo de que padecemos obesidad mental y ello se debe a que nos alimentamos de puras cosas negativas, de pura chatarra, y pensamos y reflexionamos igual.
Me llamó la atención que frente a esa anécdota del presidente, en que su vida estuvo en riesgo, la mayoría de los comentarios no fuera en el sentido de la peligrosidad que el cargo entraña, sino de la irresponsabilidad de Calderón al haber abordado el avión, no obstante el aviso de alerta.
"¿Cómo pudo poner en riesgo el Gobierno de la República?, porque si lo matan nos mete en un problema de inestabilidad constitucional", era el comentario.
De esa manera o conforme a ese razonamiento, el presidente no es un hombre que no se atemoriza ni evade sus responsabilidades, sino un irresponsable que no mide consecuencias.
Ello es así, porque nos han acostumbrado a pensar negativamente. Nos alimentamos intelectualmente de basura televisiva, principalmente, y eso nos nubla el pensamiento.
Las buenas noticias no son noticias. Sólo el morbo, la muerte, la sangre y las tragedias nos atraen; y en consecuencia así son juzgados todos los actos de la vida.
Perdura más en la conciencia colectiva la presencia de la edecán del debate político, que lo que pudieron decir los candidatos o las propuestas que formularon para solucionar los problemas de México.
Pero así vivimos, alimentándonos de basura y despotricando basura frente a todo el que nos quiera escuchar.
Borges está cumpliendo hoy 113 años de su natalicio y esa fecha es digna de comentarse.
Nacido en Argentina, el insigne escritor era ciudadano del mundo. Vivió en París y en Suiza; y desde muy temprana edad se convirtió en bilingüe, pues primero habló en inglés que en español, por influencia de su abuela materna.
A los seis años le dijo a su padre que su vocación era la de ser escritor, y un año después escribió, en inglés, un resumen de la mitología griega.
Su pasión era Shakespeare y era un especialista en la obra de ese autor. Escribió textos en español, inglés y francés; y nunca necesitó el Nobel para ser considerado uno de los escritores más grandes de América y del mundo.
A mí me ha llamado siempre la atención, el ingenio y humor de Borges, porque era capaz de burlarse hasta de sí mismo.
Cuentan que en una ocasión, cuando ya había perdido la vista por completo, estaba parado en una esquina de Buenos Aires, esperando que alguien lo ayudara a cruzar, cuando un muchacho joven, que lo reconoció, se ofreció a hacerlo.
Todos sabían que Borges era antiperonista, no obstante lo cual, el joven le dijo: "Debo confesar, maestro, que yo soy peronista". A lo que Borges le respondió: "No se preocupe, joven, yo también soy ciego".
En otra ocasión, estando de visita en México, fueron a invitarlo a un antiguo programa de televisión, que se llamaba: "Veinte mujeres y un hombre", conformado por un grupo de periodistas que acostumbraban entrevistar a personajes destacados de la literatura.
Borges se negaba a acudir al programa, alegando que él no acostumbraba hablar en forma improvisada; pero las mujeres aquéllas insistían en su invitación.
"Ándele, maestro, acompáñenos". Y él se volvía a negar esgrimiendo el mismo argumento. Pero las mujeres insistían. "Vamos, maestro, mire estará la periodista fulana y mengana, personalidades del medio nacional".
Tal fue la insistencia de ellas, que lograron mortificarlo, por lo que ya molesto, con mucha sutileza las dijo: "De verdad señoras, les agradezco la invitación, pero sin haberme preparado a mí no me gusta hablar. Porque la verdad a mí no me gusta hablar a tontas y a locas".
Las señoras se retiraron muy compungidas y algunas hasta agraviadas porque habían entendido la indirecta de Borges, que en realidad no había sido sino un juego de palabras.
Así se las gastaba el inmortal Borges que fue el gran maestro de otros literatos de la talla de García Márquez, Cortázar, Fuentes, y muchos de los del boom latinoamericano y uno de los precursores del realismo mágico.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".