EL PRÓXIMO 2013 se cumplen dos importantes aniversarios que son de capital importancia en la historia de nuestro estado y de México. Se trata primeramente de los cien años del asesinato del Presidente Francisco I. Madero por el traidor y usurpador Victoriano Huerta el 22 de febrero de 1913, en la vieja penitenciaría de Lecumberri de la Ciudad de México.
POR OTRA PARTE, se cumplen también los cien años del Plan de Guadalupe, el programa político de Don Venustiano Carranza siendo Gobernador del estado. El Plan de Guadalupe abanderado por el coahuilense tenía como su primero y más importante programa de acción, desconocer el gobierno espurio del traidor usurpador Victoriano Huerta y restablecer el orden constitucional roto con motivo del asesinato del presidente de la república en funciones. Este movimiento social es conocido por los historiadores como "La Revolución Mexicana", la primera de su naturaleza en el siglo XX.
LA INSURRECIÓN para derrocar al Presidente Madero se inició el 9 de febrero de 1913 cuando algunos infidentes salen de la Escuela Militar de Aspirantes en Tlalpan y del cuartel de Tacubaya. Estos dos grupos de jóvenes cadetes soliviantados por el Gral. Manuel Mondragón, lograron llegar hasta el Palacio Nacional en el zócalo capitalino sin resistencia y al que finalmente ocuparon; pero la presencia de los generales leales al régimen maderista, Ángel García Peña y Lauro Villar, lograron convencer a los jóvenes soldados alzados en armas que habían tomado Palacio, quienes desistan de la asonada y finalmente son desarmados y arrestados.
MIENTRAS TANTO, desde Tacubaya salen otros setecientos soldados que marchan sobre la Prisión Militar de Santiago Tlaltelolco, en donde el infidente Gral. Mondragón exige la libertad del Gral. Bernardo Reyes con otros de los confabulados en la asonada que también ahí se encontraban presos.
LIBERADO QUE FUE Bernardo Reyes se unió a los infidentes generales Gregorio Ruiz, Mondragón y Félix Díaz (sobrino del que fuera dictador de México por más de 30 años Porfirio Díaz) y se encaminaron a Palacio Nacional.
Ahí se suscitó una refriega en la que muere el propio Gral. Bernardo Reyes. Esto obligó a los desleales a cambiar rumbo a la "Ciudadela" la que toman y en donde se atrincheraron durante toda la llamada "Decena Trágica", hasta el asesinato y caída del régimen constitucional del señor Francisco I. Madero.
ESTE GOLPE DE ESTADO había sido minuciosamente planeado desde la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica y operado por Victoriano Huerta con los grupos reaccionarios del viejo régimen porfirista. El traidor de Huerta había sido designado como jefe de las fuerzas militares de la ciudad de México por el mismo Presidente Madero, para que hiciera frente y sometiera a los rebeldes, pero finalmente lo traicionó y lo asesinó junto al vicepresidente José María Pino Suárez.
PREVIO AL ARRESTO, los leales al régimen maderista capitanes Federico Montes y Gustavo Garmendia, logran dar muerte a los dos jefes de pelotón Riveroll e Izquierdo, que habían sido instruidos por Victoriano Huerta para aprehender o asesinar en palacio a Madero y Pino Suarez.
Durante estos sucesos y en su momento, también se interpuso entre el presidente y la soldadesca que pretendía asesinarlo, el ingeniero Marcos Hernández, quien finalmente cayó abatido por las balas de los infidentes.
CONSUMADA QUE FUE la detención de Madero y Pino Suarez en Palacio, bajo amenazas y promesas se les obligó a firmar sus renuncias dirigidas a la Cámara de Diputados, en ese momento bajo la presidencia de Francisco Romero.
YA CON LA RENUNCIA en la mesa de la Cámara de Diputados, el 19 de febrero del 1913 Romero la puso a discusión del pleno y después de un largo debate, la propuesta fue aceptada por 119 de los diputados. En contra votaron únicamente los diputados Alarcón, Escudero, Hurtado, Espinoza, Méndez, Morales, Navarro Luis, Ortega y Rojas.
AGOTADO ESE TRÁMITE, la Cámara mandó llamar al licenciado Pedro Lascuráin, Secretario de Relaciones Exteriores, quien en los términos del artículo 81 de la Constitución debería hacerse cargo del ejecutivo en ausencia del Presidente. El pelele de la Embajada Norteamericana entró al recinto cameral a las 5.15 pm y rindió la protesta de ley; pero no habían pasado ni 45 minutos desde aquella protesta como presidente, cuando a las 6:00 pm del mismo día a Lascuráin se le ocurre renunciar como lo ordenaba el Plan de la Embajada. La Cámara acepta su renuncia y es llamado al recinto parlamentario Victoriano Huerta, recién designado Secretario de Gobernación, para que otorgara la protesta de ley como nuevo Presidente de México.
TRES DÍAS DESPUÉS Francisco I. Madero y José María Pino Suarez son asesinados por Huerta. El Plan de la Embajada había sido cumplido minuciosamente en todos sus puntos.
Es por ello que este es uno de los centenarios que los coahuilenses y todos los mexicanos debemos recordar, ya que contiene una inolvidable lección para nuestra vida institucional y democrática.
QUEDA el segundo centenario a celebrar: el Plan de Guadalupe promulgado por el varón de Cuatrociénegas, Don Venustiano Carranza; pero éste será materia de nuestra próxima colaboración.
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