Recomendación. Tras la organización de la sociedad pueden venir los políticos y hacer su parte, la participación efectiva ciudadana empieza con la gente que es afectada con esos problemas, dijo la premio Nobel de la Paz, Leymah Gbowee, a duranguenses.
México es un país donde el egoísmo ha traído guerras y ha destrozado a familias y mexicanos, expresó la premio Nobel de la Paz 2011 Leymah Roberta Gbowee en su conferencia "La Participación Ciudadana".
Minutos más tarde, en rueda de prensa, aseveró que los mexicanos sabemos cuáles son nuestros problemas: "es tiempo que la gente se levante y diga 'esta es la solución', hasta que no hagan eso seguirán con el problema, es tiempo de que se unan y la encuentren (la solución)".
La activista del país africano Liberia, comentó en rueda de prensa -durante su primera visita a México- sobre los efectos de la inseguridad en los niños: "tendemos a desconectar la razón de la violencia del gobierno de nuestro país, en Liberia, cuando teníamos niños soldados, teníamos un gobierno sucio".
Las preguntas que nos tenemos que hacer son, relató, ¿cuál es el estado social y económico de la gente de México?, ¿cómo está contribuyendo a la violencia?, ¿los padres pueden proveer comida para sus hijos?, ¿es la economía suficiente para que la gente pueda vivir cómodamente?, ¿hay una gran clase media, o es rica o pobres?
"Porque todo contribuye, aunque nos guste o no, a la violencia de la comunidad". Si un papá no puede proveer para su hijo, ese hijo encontrará una pandilla que será su familia y cubrirá sus necesidades; pero también influirá en que el niño haga cosas negativas, sentenció.
Sobre las propuestas para legalizar las drogas en México, dijo que se tendría que cuestionar qué tipo de droga legalizarían, cuál sería el efecto para el bienestar de la sociedad y sobre todo si, "¿quieres legalizar la cocaína para que todo niño en México se pueda volver adicto? y ¿cuál es la implicación para el futuro de este país?".
Consideró que hay maneras muy efectivas de luchar contra estos asuntos sin ver la legalización: hay preguntas institucionales, sociales y religiosas que necesitan responderse antes de tomar dicha decisión.
Opinó que de forma personal, como madre de seis niños, "no quiero que mi hijo me diga que quiere ir a México donde la cocaína ya es legal, mi opinión sobre esto es que cualquiera que sea el problema de drogas en este país, sólo los mexicanos pueden poner hacia adelante soluciones apropiadas, es tiempo de que la gente se levante y diga 'esta es la solución'".
"LA INTELIGENCIA ES SEXY" A las mujeres mexicanas jóvenes, la activista de 40 años les deja el mensaje: "el cielo es el límite", a ellas ya no les tocó luchar por algunas cosas de las que hoy gozan.
Recomendó explotar la inteligencia, al tiempo que se describió a sí misma como una mujer "ni bella ni sexy", pero que ha sido capaz de crear un espacio parasí en el mundo.
Señaló que los medios enseñan a las mujeres el valor del cuerpo, a ser "sexys aunque no sean inteligentes, sin embargo, "la inteligencia es sexy", declaró.
En su andar por Durango observó como similitudes entre México y Liberia el vínculo materno, pues al igual que en su país, en las calles vio a muchos niños cargados por sus padres.
Compartió que si puede trabajar por la paz es por tener fuerte fe en Dios, "Dios me llamó a hacerlo", dijo.
Afirmó que fue una mujer enojada, víctima de violencia en su primer matrimonio; cuando trabaja con niños soldados se siente bien, "alguien tiene que hacer este trabajo depresivo".
Cuando tiene contacto con la gente con problemas, se va a casa, se arrodilla y grita "¿por qué Dios me dio este trabajo?"; ella misma, narró, se respondió que no se puede hacer trabajo de paz si se está enojado, ya que así no se ve la verdad. Además, explicó, es necesario tener autoridad moral, por ejemplo, para ver a los ojos a un asesino sin insultarlo.
REVERTIR APATÍA
La premio Nobel de la Paz 2011 consideró que sí es posible cambiar la apatía si los involucrados intervienen en la solución, al responder la inquietud de la baja participación en elecciones anteriores del 62 por ciento.
Ejemplificó que en su país se hizo trabajo de paz con mujeres y cuando se les preguntó si votarían dijeron que no, pues hacían paz y no política.
"Cuando los países tienen sistemas políticos fallidos, la gente piensa que la política no tiene nada que ver en su vida diaria; pero el poder de cambiar su vida está en el voto".
Compartió que en Liberia trabajó con 250 mujeres en 10 distritos; eran féminas pobres que trabajaban en los mercados, a ellas la política no les había beneficiado.
En las elecciones en que su país tuvo a la primera presidenta, aún vigente, fue la primera vez que se registró más porcentaje de féminas para votar.
Mencionó que para incentivar la participación ciudadana, se debe hacer en asuntos que incidan en la comunidad, de otro modo no funcionará.
ARMANDO ACEVEDO/ El Siglo de Durango
LEYMAH GBOWEE
Premio Nobel de la Paz 2011