Ecuador analiza activar “otros mecanismos” para que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, pueda salir de su embajada.
Ecuador analiza activar “otros mecanismos” para que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, pueda salir de su embajada en Londres y viajar el país sudamericano, en caso que Gran Bretaña le niegue un salvoconducto, anunció una fuente oficial.
El secretario de la presidencia de Ecuador, Gustavo Jalk, dijo que su país “espera y aspira” a que el Reino Unido otorgue el salvoconducto a Assange, con base en principios humanitarios y la “buena fe” que rige las relaciones internacionales.
En caso contrario, añadió el funcionario, Ecuador activará otros espacios previstos en las relaciones internacionales, como la participación de organismos multilaterales o de la propia Organización de Naciones Unidas (ONU).
Jalk explicó que el gobierno de Quito también podría recurrir a jurisdicciones supranacionales, como la Corte Internacional de La Haya, para que Assange pueda viajar a Ecuador, donde le fue otorgado asilo diplomático.
Advirtió, sin embargo, que espera que la negociación diplomática sea la instancia que se use para dar por terminado este impase con Gran Bretaña, que pretende capturar a Assange para extraditarlo a Suecia, donde enfrenta cargos de abuso sexual.
Jalk agregó además que “sería deseable una comunicación oficial” del Reino Unido de excusa por la amenaza de ingresar por la fuera a la embajada de Ecuador en Londres, misma que “por supuesto sería analizada y valorada” por el Estado ecuatoriano.
La decisión del presidente Rafael Correa de otorgar asilo diplomático al fundador de WikiLeaks ha generado el respaldo de organizaciones políticas y sociales afines al gobierno, pero también críticas de sectores de oposición.
El director de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (AEDEP), Diego Cornejo, dijo estar de acuerdo con la reacción del gobierno ecuatoriano frente a la amenaza que hizo Reino Unido de invadir su embajada en Londres para arrestar a Assange.
Sin embargo, sostuvo que la actuación oficial en el caso Assange es una clara “operación política” y añadió que su gremio no reconoce al fundador de WikiLeaks como un icono de la libertad de expresión, como lo han presentado algunos sectores políticos.
