Los efectos del postdebate comienzan a sentirse en las campañas. No sólo porque un señor desconocido con cara de personaje de Andrés Bustamante llamado Gabriel Quadri descuadró los análisis políticos y sorprendió a todos, comenzando por los mismos candidatos de los partidos grandes (y sus respectivas rémoras) que no supieron en qué momento, quien se suponía que iba de relleno, les ganó la partida, sino a los electores que vieron algo fresco en la mesa el mercado electoral. Quadri gustó porque dijo lo que pensaba. No tenía que cuidarse de nada ni de nadie (salvo de la maestra, claro), fue absolutamente coherente en su posiciones, cosa que el resto de los candidatos no podía, ni puede. Su sinceridad y su claridad fueron premiadas; Se presentó como un liberal ecologista nítido y encontró un mercado. Él no tenía ninguna reputación aun que cuidar, tenía una por hacer; no tenía una historia que lo limitara sino una narrativa en construcción, y eso lo hizo fácil de digerir.
El que era el candidato invisible está cumpliendo con su doble encomienda; mantener el registro del Panal y quitarle votos a Josefina. Todos los que va perdiendo la candidata del PAN, los va recogiendo el panalero, pues mientras que la candidata panista no se anima a definirse en torno a los grandes temas nacionales el del Panal lo lleva al extremo y desde ahí cacha los votos.
Quién iba a pensar que a estas alturas de la campaña la candidata del partido en el poder lejos de estarse peleando con el primer lugar estuviera enfrascada en discusiones con el de abajo, que fuera a ser víctima no se voto útil, sino del voto inútil. Todo el que vota por Panal sabe no sólo que está tirando su voto no sino que lo único que está haciendo es fortalecer la economía y por lo tanto el poder de la maestra Elba Esther Gordillo. Pero ante la debilidad de la candidata de la derecha y un discurso excesivamente conservador, el de la derecha liberal se vuelve atractivo.
Entendiendo que es la sensación del momento, Quadri difícilmente va a crecer más, por el contrario pasando la burbuja del post debate tenderá a caer un poco. Por lo mismo resulta incomprensible que los estrategas de Josefina hayan caído en la trampa y hayan enfocado baterías para gastar tiempo y saliva de la candidata del PAN en pelearla con el candidato del Panal.
Cuatro días después del debate no está claro quién ganó, pero sí comienza a quedar claro quién perdió. Mientras el puntero no se mueve ni se despeina y el colero se despega del suelo, Andrés Manuel López Obrador le arrebató ya el segundo lugar a Josefina Vázaquez Mota que hace un mes tenía diez puntos de ventaja.
