Una gran operación para retirar las armas de fuego que circulan libremente entre la población comenzó ayer en Trípoli y Bengasi, las dos mayores ciudades de Libia, bajo la supervisión del Ejército.
En la capital libia, varios centenares de personas acudieron a la Plaza de los Mártires para entregar voluntariamente sus armas, en un ambiente relajado y sin que se registraran incidentes.
Los militares han retirado una gran cantidad y variedad de armas, como pistolas automáticas, fusiles de asalto Kalachnikov, lanzacohetes y granadas.
Dos tanques de combate han sido también entregados a las fuerzas militares regulares.
Una operación similar se llevó a cabo en Bengasi, plaza fuerte de los rebeldes que provocaron la caída del coronel muerto Muamar Gadafi.