CON EL ANUNCIO que hizo en el zócalo capitalino el domingo pasado Andrés Manuel López Obrador, de que abandonaba el partido del cual fue presidente, fundador y candidato en dos ocasiones a la Presidencia de la República, dos veces a la gubernatura del estado de Tabasco y una a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, se cierra una etapa en la vida política de este país.
SU RETIRADA del Partido de la Revolución Democrática divide dramáticamente a la llamada izquierda mexicana y deja técnicamente a ese partido, hecho un verdadero cascarón, hueco y vacío.
MUY AL ESTILO López Obrador, el tabasqueño se plantó en el corazón político del país para anunciar "urbi et orbi" que se refugiará en la organización de su propia creación, el Movimiento de Renovación Nacional mejor conocido como "Morena", para seguir su muy personal lucha en contra de todo lo que a él le parece que está mal en este país.
SABEDOR DE QUE el PRD y su dirigencia ya no podrían seguir consecuentándolo en sus ambiciones y voluntarismo para 2018, tomó la decisión de fundar su propio partido muy personal, a su modo y estilo. Esto es, un partido de tipo caudillista y familiar en el que su programa ideológico y de acción no será otro que el suyo propio.
La fundación del PRD en 1988 tenía por objeto unificar a la fuerzas de izquierda para hacer frente al Partido Revolucionario Institucional, en ese momento acusado de haber programado un enorme fraude cibernético bajo el comando de Manuel Bartlett (¡hoy senador por el mismísimo PRD!).
EL PRD nace como una coalición de diversos partidos políticos de izquierda. Si bien sus fundadores pertenecían al PRI, al ser rechazados para ocupar cargos de relevancia en la administración pública resolvieron fundar su propio partido, el PRD; que antes de ser bautizado como PRD, su origen es el Partido Mexicano Socialista (PMS) que nace de la fusión de 6 fuerzas políticas de Izquierda a nivel Nacional: Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), Partido Socialista Unificado de México (PSUM), Partido Patriótico Revolucionario (PPR), Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), Unión de la Izquierda Comunista (UIC; más adelante se le une una parte de la militancia del Partido Socialista de los Trabajadores, el PST.). Su principal líder e ideólogo fue el ingeniero Heberto Castillo Martínez.
Posteriormente, el naciente Partido Mexicano Socialista cede su registro en alianza con exmiembros del PRI y organizaciones civiles que se opusieron al partido gobernante y pugnaban por elecciones democráticas. Así nace el Partido de la Revolución Democrática.
FUERON SUS personajes fundadores el 5 de mayo de 1989: Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y otros miembros de la izquierda histórica como Heberto Castillo, Gilberto Rincón Gallardo.
Al PRD confluyeron dos corrientes de la izquierda histórica mexicana. Por un lado, una corriente que proviene de la tradicional "familia revolucionaria", representada por la izquierda del PRI, que gobernó en México de forma ininterrumpida de 1929 al año 2000. La otra corriente que confluyó en el PRD es la izquierda socialista mexicana, cuyos orígenes están en el Partido Comunista Mexicano y algunas organizaciones guerrilleras.
LA SALIDA de AMLO tira a la orfandad a los partidos familiares como el PT y Ciudadano, a los que deja en los meros cueros.
Y ES QUE los 15 millones de votos que sacó el PRD, fueron única y exclusivamente en favor de López Obrador, no del PRD, tampoco de sus tribus ni de sus partidos adláteres; de ahí que los chicos de las tribus perredistas se encuentran en un terrible dilema: seguir en el PRD (que pierde con la salida de AMLO automáticamente 15 millones de votos) o continuar manejando la gran "caja chica" que representa el Gobierno del Distrito Federal, o tirarse a una nueva aventura con "Morena" sin tener el confort y calor de los dineros por los taxis tolerados, los usos del suelo, el piso de los ambulantes, los permisos mercantiles, la renta de patrullas, las licencias para bares, antros, restaurantes, los contratos de obras públicas, etc., etc.
PERO LAS AGUAS no se serenarán sino hasta que Marcelo Ebrard con el apoyo de Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Camacho, logre el control del PRD y así poder ser el candidato para 2018 a la Presidencia de la República y precisamente enfrentándose al candidato de "Morena": López Obrador. Cosas del destino que son verdaderamente increíbles.
EN LOS PRÓXIMOS seis años, AMLO y Morena se dedicarán a evitar que Marcelo sea el candidato de 2018, en una guerra que será a muerte y al mismo tiempo, la muerte de la izquierda, si no al tiempo.
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