Finanzas Buen Fin Aguinaldo FINANZAS PERSONALES Buen Fin 2025

EL ARTE DE ENGAÑAR

SALVADOR KALIFA

La semana pasada comenté que los países de la Unión Europea acordaron un nuevo paquete de ayuda para Grecia, pero que tan sólo era un salvavidas que no resolvería la crisis de deuda soberana en Europa.

Esa crisis, por cierto, dará bastante más de qué hablar durante la primavera, tanto por los vencimientos de deuda en varios países periféricos como por las elecciones en Grecia y Francia.

La política, decía mi abuelo materno, es el arte de engañar. Y los políticos europeos no son distintos a los nuestros, por lo que sus promesas de campaña tratan de ser atractivas para los electores. El problema está en que si las ponen en práctica trastocarán los endebles arreglos financieros recientes.

El estado patético de la economía griega se debe a la renuencia de sus políticos para aplicar las reformas estructurales necesarias para sacarla de su marasmo crónico. Los políticos sólo se preocupan del corto plazo y las medidas que se requieren para salir adelante tardan mucho en surtir efecto y, lo que es peor, no ganan votos ni elecciones.

El desorden en Grecia es tal que sus partidos políticos decidieron no pagar los costos asociados al programa de ajuste. Optaron, en su lugar, por hacerse a un lado y nombrar un gobierno tecnocrático de transición, compuesto esencialmente por economistas, para diseñar y aplicar las políticas de ajuste.

Ese gobierno lo encabeza Lucas Papademos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo, que después del paquete de rescate dejará su puesto, ya que los partidos políticos acordaron convocar a elecciones para un nuevo gobierno en abril.

La tarea para darle vuelta a la economía griega apenas comienza, pero es muy probable que no cuente con la estabilidad política necesaria para superar los retos difíciles y complicados que le deparan.

El sistema político griego, fragmentado y polarizado, será muy probablemente el verdadero obstáculo para las reformas y, finalmente, la causa de un descalabro todavía mayor para la economía griega y, por ende, otro dolor de cabeza para la eurozona.

Claro está que, cuando suceda, los políticos griegos tratarán de no pagar los platos rotos. Buscarán chivos expiatorios en el exterior, culpando de sus penurias a la voracidad de los mercados financieros y a la insensibilidad de los otros gobiernos europeos.

La política también jugará un papel crucial, si bien algo distinto, en Francia. En efecto, Francois Hollande, es el candidato socialista que busca desbancar al Presidente Nicolás Sarkozy en las elecciones de abril y mayo.

Hollande lidera las encuestas de opinión y, como buen político, sabe que no llegará muy lejos si no promete lo que la gente y, en particular, los grupos de interés, quieren oír.

Entre sus propuestas destaca un ataque a los bancos y las finanzas globales, la aplicación de una tasa de 45 por ciento de impuesto para quienes ganen más de 150,000 euros, así como dar marcha atrás al aumento en la edad de jubilación que instrumentó Sarkozy cuando estalló la crisis.

En efecto, Sarkozy aumentó la edad de jubilación de 60 a 62 años, pero Hollande ofrece regresarla a 60 años. Para pagar por ese beneficio, subirá los impuestos a la nómina para las empresas y los trabajadores en 0.1 por ciento.

Sarkozy, en cambio, anunció el domingo 29 de enero un paquete de reformas estructurales que incluye aumentar el IVA y reducir los impuestos sobre nómina, así como eliminar la semana de 35 horas, que es vista como la principal razón de la pérdida de competitividad de Francia.

Tales medidas no son populares, lo que se refleja en el comentario del equipo de Hollande en el sentido de que esas reformas espantarán a los electores y ayudarán a que Sarkozy pierda la elección.

En estos momentos, sin embargo, las diferencias de Hollande más serias y de mayor trascendencia no son con sus rivales en la elección presidencial de Francia, sino con Angela Merkel, canciller alemán.

Por un lado, su programa económico no menciona la necesidad de reducir el nivel de deuda del gobierno, y por el otro, propondría medidas en relación con el problema de deuda europeo a las que se opone el gobierno de Merkel.

Entre ellas está aumentar el fondo de rescate de la eurozona, cambiar los estatutos del Banco Central Europeo para que juegue un papel más activo en crisis como la actual, así como favorecer la emisión conjunta de eurobonos por parte de los países miembros.

Considero, en conclusión, que los cambios políticos que se avecinan en Grecia y Francia complicarán el balance de poder en Europa y la aplicación de las medidas de ajuste económico en los países con problemas de deuda.

La población de esos países perderá la paciencia mucho antes de que puedan verse algunos resultados positivos de las reformas, por lo que los políticos cederán ante las presiones de sus electores y pondrán en riesgo el frágil equilibrio actual.

Leer más de Finanzas

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Finanzas

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 715973

elsiglo.mx