El arte de hacer teatro en la calle

La gente mayor juega y se ríe igual que los niños pequeños, los colores inundan las calles y las personas se detienen a admirar algo que va más allá de sus vidas cotidianas, algo que los hace olvidarse de sus problemas y sonreír un poco.

Es difícil lograr eso. Es difícil hacer teatro, y es mucho más difícil hacerlo en la calle.

El teatro callejero se remonta al siglo VI a. C. cuando un poeta griego llamado Tespis (inventor de la tragedia) narró las aventuras de sus viajes en la entrada de Atenas, consiguiendo traspasar las fronteras de Grecia con su fama.

Sin embargo, éste tipo de arte volvió a tener una presencia importante hasta la Edad Media, cuando el teatro itinerante era considerado un ritual donde se desafiaba a la costumbre y se jugaba a romper las reglas.

No eran espectáculos que solo podían presenciar los nobles. Eran puestas en escena que cualquier aldeano podía disfrutar, donde la interacción entre el público y el actor se daba de manera espontánea y natural.

Hoy en día, sigue siendo lo mismo.

El 23 de abril del año 2003 aparece la agrupación teatral “Renaissance””, que más tarde se convertiría en Tolvanera Producciones, una compañía de teatro callejero que ha logrado difundir su mensaje por diversos lugares del a República Mexicana.

“Decidimos tomar la iniciativa de activar el arte dramático en zonas urbanas” comenta Salvador Luévanos, quien fundó de este proyecto junto con su compañero Julio Ruiz. “Esto nos dio reconocimiento dentro y fuera de la región y nos valió para ser considerados por el Gobierno Federal para trabajar en programas de rescate de espacios públicos y zonas de conflicto”.

Tras su primera función de teatro callejero en diciembre de 2004, Tolvanera Producciones comenzóueva etapa de estudio y preparación para su compañía, en el cual se integraron artistas reconocidos como Ofelia Medina y Alex Navarro (Cirque du Solei), Caroline Dream y Hariff Ovalle.

“Nuestro campo de trabajo es muy amplio, pues desarrollamos servicios que van desde la atención de eventos sociales y particulares, hasta festivales internacionales y programas gubernamentales”, explica Salvador Luévanos. “No dejamos de lado la atención a los sectores más vulnerables de la población”.

Las puestas en escena que se presentan en este tipo de arte, suelen ser poco convencionales debido a la poca disposición que tiene el público cuando comienza la obra. Además, los espectadores tienen características sociales tan distintas entre sí, que resulta muy difícil satisfacerlos a todos con el mismo espectáculo.

El teatro callejero intenta hacer partícipe al público que lo rodea, a estimular sus sentidos, a que forme parte de la magia de la puesta en escena. Va de la representación a la participación.

“Debes de conectar con el público, ese público que transita a diario en sus coches, por los paseos peatonales en centros comerciales o de trabajo, en escuelas, plazas, parques y mercados”, dice Salvador Luévanos. “Si no pensamos en ése público al momento de diseñar nuestros productos, nos dirigimos inevitablemente al fracaso. El actor que quiera ser visto, primero tiene que ver; el que quiera ser escuchado, primero debe escuchar”.

Otra de las dificultades que deben vencer quienes se dedican a este tipo de teatro, es la mala publicidad que otros grupos generan con la baja calidad de sus espectáculos, ya sea por falta de preparación o por su contenido poco apropiado.

“Esto incluso ha provocado que nos encierren en prisión por miedo al contenido de denuncia en nuestros espectáculos, como ocurrió en la ciudad de Parral, Chihuahua, donde nos detuvieron para evitar nuestra presentación. Salimos bien librados gracias a la ayuda del Gobierno del Estado y el contenido familiar que nosotros manejamos”.

Además, como todo arte urbano, el teatro callejero no cuenta con los mismos recursos que el clásico. Las luces, la escenografía llamativa y los múltiples cambios de vestuario, no son algo que esté al alcance de quienes trabajan en la calle. Sus integrantes deben adaptarse a los cambios.

En el caso de Tolvanera Producciones, la comercialización de sus propios productos es una alternativa para generar ingresos. Además logran sustentarse con donativos de la sociedad en general, subsidios de programas federales, estatales y municipales, o la colaboración de otras instituciones públicas y privadas.

Y pese a las dificultades, este género es popular por dar prioridad a la expresividad antes que a la voz. De esta manera, permite que se destaquen artes como la mímica, los títeres, la danza y la pantomima.

“Como agrupación el teatro es nuestra especialidad, pero el camino nos ha puesto en contacto con jóvenes que desean desarrollar proyectos artísticos y culturales en otras disciplinas, como la música, la pintura, la danza, el cine, literatura, etc.” dice Luévanos. “Por eso hemos desarrollado diversos proyectos para apoyar a estos jóvenes. El más notorio ha sido el Festival Tolvanera Arte y Cultura Urbana”.

A pesar de todo, estos artistas tienen una ventaja que no poseen todos los que se dedican al teatro: La cercanía total con el público.

Los ven reír ante una situación divertida, sienten su emoción ante el clímax de la obra, comparten las mismas emociones, comparten un lazo con el público que no se puede sentir a través de un escenario.

Al preguntarle cómo cree que este nexo que comparten los artistas callejeros con las demás personas pueda ayudar a la sociedad, Salvador responde:

“La gente desempeña sus actividades laborales, sociales y la mayor parte de sus actividades cotidianas en la calle. El auge de las artes urbanas responde a una tendencia de vivir en este medio, en él la comunidad encuentra sus problemas y así también sus soluciones. El teatro es nuestro espejo, nuestra voz y nuestra tradición oral por medio de la cual pretendemos legar un patrimonio del hoy que estamos viviendo”.

La familia tolvanera

Actualmente, son 7 los actores que integran la familia Tolvanera. Sin embargo, se recurre constantemente a varios artistas invitados. Salvador Luévanos admite que han empleado a más de 30 personas en un solo espectáculo.

“Para ingresar a la familia Tolvanera tienes que contactarnos y manifestar el interés de comprometerse con la visión y misión de esta compañía. Se puede ingresar a partir de los 6 años de edad”.

La primera fase para la capacitación de los actores que conforman el grupo, costa de reconocer las fortalezas y debilidades propias y adquirir el compromiso con el servicio al arte y la cultura. Quienes logran pasar la primera fase con éxito, comienzan el entrenamiento actoral: acondicionamiento físico, técnicas de actuación y de expresión corporal, pantomima, mima corpórea, Bali, estatua viviente, artes circenses, etc. Los encargados de la preparación son los fundadores del grupo, Salvador Luévanos y Julio Ruiz.

Un consejo que Salvador da a los actores que recién comienzan con su carrera, es “Que se planteen objetivos muy claros a corto, mediano y largo plazo; y que luchen incansablemente por alcanzarlos”.

El teatro callejero es un arte que no siempre tiene el reconocimiento que merece, pero que aun así, intenta alegrarle el día a las personas que van pasando por la calle (sean quienes sean) y lograr que en sus caras se dibuje una infantil sonrisa, porque como dicen los integrantes de Tolvanera Producciones, “el teatro es nuestra vida”.

Conéctate

Facebook. Tolvanera producciones