Arturo Macías como rey de la lidia realiza una magnánima faena bajo una torrencial lluvia de palmas y gotas de agua, los relámpagos hacen brillar el traje de 'El Cejas' y éste se entrega a la afición. (Fotos de Jesús Galindo)
La Monumental Plaza de Toros Valente Arellano de Torreón, en tarde encapotada de nubarrones registró un aforo inusual en sus tendidos con poco más de media plaza. Con triunfo arrollador resultó Arturo Macías "El Cejas" al cortar el único rabo de la tarde, por su parte el rejoneador Diego Ventura igualó condiciones con Manolo Mejía al cortar 2 orejas en su primero y segundo enemigo respectivamente. Toros de Golondrinas bravos y justos, siendo pitado sólo el quinto por falta de grano.
DIEGO VENTURA
"No que no" de 495 kg es quien da la bienvenida al rejoneador portugués que en su actuación cambia en 4 ocasiones de corcel, el de recibo con quien realiza vistosas suertes a la grupa, llevando al toro hilvanado a la silla de montar, ejecutando así los rejones de castigo, previo al tercio de banderillas cambia nuevamente de caballo y por último en el rejón de muerte hace lo mismo. Empuñando el acero y hundiéndolo hasta ver rodar a su enemigo, obteniendo las primeras dos orejas de la tarde.
El segundo enemigo del portugués fue "De Aquí Soy" al momento de la salida del toro, el Dios Tláloc se hace presente en todo su esplendor, la faena del portugués es ejecutada ante la desbandada de la afición que pone más atención en resguardarse de la lluvia que de la ejecución del caballista que se juega la vida en el ruedo, el ultramarino decide abreviar y hunde el rejón de muerte, el juez de plaza lo deja ir sin trofeos.
MANOLO MEJÍA Por la baraja mexicana abre actuación el reconocido diestro, en su actuación le da la bienvenida con verónicas en los medios, desmallando y meciendo los brazos a la embestida de "Siempre Bien" segundo de la tarde herrado al fuego con el No. 2, la lidia continua con emotivos quites y descompuestas banderillas de los subalternos que se desigualan con la actuación del Maestro. Manolo brinda la muerte de su enemigo al respetable, fenomenal faena de muleta que culmina con su enemigo al segundo intento de muerte. El diestro es reconocido con las palmas.
El quinto de la tarde resultó ser "Suerte Veneno" en honor al futuro monarca mundial lagunero, el maestro inicia labor de capote e invita al "Cejas" para ejecutar juntos la suerte "Al Alimón" la cual es muy coreada con el ole, luego de las banderillas el diestro de Tacuba continúa su labor de muleta, solicitando la Filomena y torea calentando el ambiente enfriado por la baja temperatura y la lluvia que no cesa, no así la actividad del diestro que continúa su magistral labor. En la suerte máxima logra pasaportear a su enemigo obteniendo como resultado artístico dos apéndices en medio del diluvio.
ARTURO MACÍAS 'EL CEJAS'.
Enciende más el ambiente con su actuación, sobre todo a la hora de empuñar la muleta iniciando su labor derechista en los medios de la plaza, "Picosito" la ejecución continua al son de "Pelea de Gallos" la cual es coreada por toda la plaza ante la labor del oriundo de Aguascalientes. En el momento de la verdad la algarabía se cambia espectacularmente por el silencio, el diestro hunde el acero hasta los moños, el toro tarda en doblar y el del biombo se esconde los premios, a pesar de la enérgica solicitud de oreja, el respetable pide vuelta al ruedo y torero sale ante el estallido de las palmas.
El cierra plaza fue "No me rajo" es recibido de hinojos ejecutando una larga cordobesa, la lluvia no cesa por el contrario arremete y la afición intenta resguardarse, pero no abandona la plaza en espera de lo mejor, y tal parece que no se equivocan pues Arturo como rey de la lidia realiza una magnánima faena bajo una torrencial lluvia de palmas y gotas de agua, los relámpagos hacen brillar el traje de "El Cejas" y éste se entrega a la afición, tras una tanda de muletazos coronada con el desplante torero derrochando valor al colocar su frente en la testuz del toro, la plaza se convierte en un Pandemónium y se pone de cabeza ante la magistral estocada, al grito de torero, torero, torero, a Arturo Macías el juez le concede el rabo y obtiene el reconocimiento del público lagunero. Finalmente Arturo Macías y Manolo Mejía abandonan la plaza a hombros.
