Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

EL CIUDADANO

RAMÓN I. GONZÁLEZ GONZÁLEZ

I ndependientemente de las aspiraciones deseables y objetivas que la máxima autoridad municipal y su equipo de imagen trasmiten en los slogans de su accionar al frente del municipio, "Sumando esfuerzos" y "Con nuestro trabajo logramos más", hoy amargamente nos damos cuenta de que esos lemas o conjuntos de palabras...

...continúan siendo sólo eso, palabras y más palabras, en especial cuando cotejamos que dichos deseos no han sido acompañados de planes definidos y objetivos, programas con metas reales y claras, estrategias y políticas bien planteadas, así como tampoco con sus respectivas evaluaciones por análisis de costo-beneficio.

Tristemente para Gómez Palacio, la mercadotecnia, como imagen y eficiencia, se ha convertido en la herramienta más relevante y necesaria para la venta de un funcionario público en el desempeño de su responsabilidad, sustituyendo al verdadero objetivo: trabajo propositivo, constructivo y de resultados positivos a la comunidad, que apoyado con visión, planeación y acciones en equipo, debería responder a quienes votaron o no por él. Donde debería imperar la capacidad individual para ocupar un cargo público, hoy la realidad nos dice que la evaluación se basa en parámetros donde importa más la promoción personal, carisma e imagen, o grupo político. Esto se agrava, pues los años de este actuar oficial han inducido a la población a ser indiferente y apática al trabajo de beneficio común, provocando actitudes de hastío, cansancio o comodidad. Permitimos ser explotados en lo emotivo, conformándonos, por disciplina, necesidad o conveniencia, con el clásico "pan y circo" (en múltiples presentaciones y modalidades).

De acuerdo a la ley física, "a cada acción corresponde una reacción, de igual intensidad, pero en sentido opuesto". En Gómez Palacio esta ley no existe en lo social, ya que no se manifiesta en ningún de tipo de expresión verbal o impresa, a manera de reclamo, protesta, inquietud o reacción contraria al quehacer público municipal, llámese uso del puesto para subir sueldos a su conveniencia, no exhibir públicamente las finanzas, realizar obras que deben terminarse en meses y se prolongan por años, no mostrar los proyectos públicos (ni antes ni en el proceso de la obra), pasar "la bolita" en sus responsabilidades públicas, ingresar familiares a la nómina, autorizar la afectación de monumentos históricos registrados en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, construir fuera del límite de propiedad en las plantas superiores de edificaciones, permitir la pérdida del patrimonio municipal en las banquetas por estacionamientos no aprobados, contar con servicios públicos deficientes y obsoletos, aprobar en la ley de egresos gastos innecesarios y superfluos, realizar obras de baja calidad o a medias; contar con pavimento, banquetas y cordones en pésimo estado; tener anuncios en fachadas y banquetas al gusto, autorizar la instalación del negocio informal, sin reglamentos y control, en la vía pública...

Aún con lo anterior, sabemos que somos corresponsables y formamos parte del problema, al permitir de manera consciente o inconsciente, con nuestra actitud de poca participación o reclamo a nuestros derechos, seguir el juego y continuar reclinados cómodamente en nuestras sillas sin exigir nada. Así entonces, las autoridades en sus tres niveles de gobierno no tienen toda la culpa, pues con un script por todos conocido, viciado y obscuro, están ejecutando su papel y creen tener todo el derecho y libertad del mundo para hacerlo a su manera.

Ejemplos de los tres niveles de gobierno: en lo federal, la partida de gastos aprobada para la Cámara de Senadores y Diputados en 2012 fue de 9,501 millones de pesos (más lo que se autoricen a futuro), ¿hay algún reclamo de la sociedad civil?; en lo estatal, a pesar de no haber concluido la revisión de la cuenta pública de 2010 de Gómez Palacio, el Congreso de Durango aprobó la ley de egresos del 2012, ¿dónde está la transparencia y rendición de cuentas?, ¿fue atole con el dedo o existe la impunidad?; en lo municipal, a partir del 1 de enero, por seguridad y mejor control, el Congreso del Estado eliminó la venta de permisos vehiculares, por lo que la alcaldesa Rebollo ya tiene su justificación para excusar las obras o no dar respuesta a las necesidades en el tema que se le exponga.

Para que las autoridades municipales repongan el dinero que dejará de recibirse, plasmó las sugerencias vertidas por varios gomezpalatinos en cuanto a evitar la cancelación de obras o la reducción de recursos en rubros importantes para la sociedad: 1. Exigir la remoción de dicho decreto con el apoyo de la sociedad civil; 2. Dada la buena relación gobernador-alcaldesa, negociar una compensación; 3. Revisar la cuenta pública de 2008, donde existen varias partidas importantes por su monto, aún sin comprobación; 4. Exigirle al Estado la devolución de los 30 millones que la alcaldesa afirmó eran de obra pagada que no se realizó; 5. Acelerar la revisión a la cuenta pública del 2010, pues son 182 millones sin justificar; 6. Evaluar el desempeño y efectividad de varias direcciones municipales, ajustando mandos y personal, incluyendo asesorías y realización de proyectos externos; 7. Ajustar las partidas de difusión, representación, servicios oficiales y demás gastos superfluos.

Por lo anterior, y dada la habilidad de estratega negociadora de Rocío Rebollo y la capacidad de su equipo de trabajo, esperamos la concreción de varios de los puntos antes sugeridos, que no sólo le cubrirían el déficit para su programa de obras para este 2012, sino que el sobrante económico le serviría para volver a regar, con asfalto y piedritas, el resto del centro de Gómez Palacio, esto, por supuesto, un poco antes de su Segundo Informe de Gobierno.

Nada más por hoy, cerramos nuestro escrito con poca fe, esperanza y confianza: ¿cuándo tendremos un Ayuntamiento que impulse la cultura, el deporte y la participación ciudadana?, ¿cuándo gozaremos de transparencia y rendición de cuentas públicas?, ¿cuándo eliminaremos la impunidad?, ¿cuándo retomaremos el camino del liderazgo industrial y la visión progresista?, ¿cuándo dejaremos de ser una ciudad gris y triste?, ¿cuándo tendremos orden, imagen y limpieza urbana?, ¿cuándo dejaremos de ser una ciudad parchada e improvisada?, ¿cuándo tendremos servicios públicos dignos?, ¿cuándo habrá vialidades dignas de acceso a la ciudad?, ¿cuándo tendremos educación cívica?, ¿cuándo respetaremos nuestro patrimonio cultural?, ¿cuándo nuestros servidores públicos serán honestos, preparados y capaces?, ¿cuándo volveremos a disfrutar de armonía social?, ¿cuándo...?, ¿cuándo...?

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