La culpa es de quien lo hizo compadre
Mi formación familiar y cívica, pero principalmente el manifiesto desborde de insensibilidad política, desfachatez y soberbia hacia la ciudadanía de parte de las autoridades municipales de Gómez Palacio -en esta ocasión ejemplificado por los actos detestables del señor Miguel Chibli Navarro-, me anima a invitar a toda la población a que meditemos seriamente en este desagradable suceso, no para formar parte del pleito o inclinar la balanza en favor de uno u otro, sino para que despertemos del letargo de pasividad...
... y no participación en la vida civil de nuestra comunidad, ya que el funcionario de apellido Chibli, ¡es un trabajador del pueblo!, ¡pagado con tu dinero!, quien por ello debe responder de sus acciones ante la ciudadanía, y no a quien le delegó su función, dándole la oportunidad de servirnos. Si esto fuera un caso judicial, ella sólo sería la solidaria responsable.
Dentro del sistema político en que vivimos, y para fines prácticos, la alcaldesa, por votación popular, solo está cumpliendo con una responsabilidad temporal, de gerente o encargada de la oficina, bien remunerada, ¡pagada con tu dinero! Y por cierto, con la obligación de reportarnos únicamente tres informes anuales, no bombardearnos diariamente con el cumplimiento de sus responsabilidades y obligaciones a través del dispendio de los recursos públicos (¡tu dinero!).
Después del actuar público durante 21 meses, el belicoso tesorero, parte esencial del equipo de trabajo de la presidente María del Rocío Rebollo Mendoza (que en diferentes ocasiones ha reconocido el mal carácter de su funcionario), mediante sus desplantes de divinidad, insolencias e insultos hacia la ciudadanía y la prensa, malos tratos a los proveedores, actitudes claras y puntuales de falta de transparencia y rendición de cuentas hacia el cuerpo colegiado de los regidores, enmarcadas siempre con el conocimiento y consentimiento de la munícipe, como premio a resultados que de todos ya esperados, el pasado jueves 31 de mayo, al interior de un recinto oficial, tuvo un folclórico derroche de improperios y groserías, en esta ocasión contra el regidor Ismael Sánchez Galindo, pasando de la agresión verbal a la física. Resultado de ello, el regidor Ismael decidió anteponer una denuncia penal por amenazas e injurias en contra del señor Miguel Chibli.
Los comentarios indican que el regidor Sánchez Galindo, en compañía del Síndico Gabriel Villalobos y los regidores Édgar Faudoa, Omar Mata y Gustavo Acosta, que forman la Comisión de Hacienda, después de analizar durante varios bimestres pasados las cuentas públicas municipales, de haberse atrevido en esas revisiones a exigir al tesorero Chibli la papelería oficial necesaria comprobatoria de los gastos y de pedir explicación de su actuar oficial en su rendición de cuentas, en esta ocasión, el tesorero decidió que el regidor había llegado al colmo, se había extralimitado al sugerirle la necesidad de realizar una auditoría externa en las arcas municipales. ¡Analfabeto, indocto! ¡Ponía en duda la transparencia de la administración de Rocío Rebollo!
Quienes buscamos reencontrar nuestra identidad y orgullo gomezpalatino, nos avergonzamos e indignamos al constatar que Gómez Palacio cuenta con funcionarios de esta calaña, de palpar, día a día, la indiferencia con que las autoridades desmerecen el respeto y faltan a la prédica con el ejemplo a su ciudadanía. Por fortuna existen programas educativos federales y estatales llenos de aprendizajes sobre valores, principios y respeto, tenemos la esperanza de que sean nuestras propias autoridades municipales los primeros en tomarlos y ejercerlos, poniendo la muestra a la sociedad civil.
Alcaldesa: la respuesta urgente es su responsabilidad. Creo que el ejemplo hacia nuestros niños, jóvenes y familias puede hablar más que mil justificaciones y promesas. Quien no ha demostrado su actuar con acciones y documentos, decir y resultados, que abandone de inmediato el puesto provisional que le confirió el pueblo gomezpalatino.
Aprovechando estos tiempos de definiciones reveladoras ¿Qué diferencia hay entre servilismo, impunidad, dignidad y honestidad?
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