Se ha hecho un pequeño enredo en torno al tema de las Cuentas Rápidas. Tras de que el IFE anunció que haría este ejercicio el día de las elecciones nacionales, el Tribunal Electoral se dio a la tarea de desautorizar su realización si no se precisaban más en detalle el sistema que habría de emplearse para su confección.
Los escrúpulos del TRIFE eran explicables. Un mal diseño del Conteo, una interpretación equívoca de su propósito o, peor aún, una presentación confusa de sus resultados podrían ser catastróficas en el caso de una elección muy ceñida donde los porcentajes se situasen dentro de una franja de error estadístico hiciesen absolutamente indispensable una gran precisión del resultado final y definitivo de la elección y que una cuenta rápida no está en posibilidad de ofrecer.
Lo anterior no significa que el Conteo o Cuenta Rápida no deba usarse el primero de julio. Es un instrumento ideado por expertos en cuestiones electorales que desde hace años trabajaban en el marco de organizaciones cívicas internacionales dedicadas a la observación electoral como la que se hizo en Referente SÍ/NO en el Chile de Pinochet.
La utilidad de este tipo de grupo de expertos imparciales no ha disminuido. Hay varios países en todos los continentes donde la maduración de la democracia aún no se ha alcanzado y donde las manipulaciones y corruptelas de los comicios imposibilitan conocer la realidad de la voluntad ciudadana expresada en las urnas.
Durante todo el período de la hegemonía del PRI (1929-2000) las elecciones en México distaban de ser confiables. La cerrada oposición del gobierno impidió hasta 1994 la observación ciudadana de las votaciones. La asesoría del equipo técnico de la ONU ayudó realizar la observación ciudadana y fue entonces que se organizó una gran operación de conteo rápido a nivel nacional usando la experiencia del Plebiscito para el DF de 1988.
El gran conteo que entonces así se efectuó aplacó con estadísticas confiables las inconformidades del candidato perdedor.
Se apreciará entonces que las cuentas rápidas realizadas por medio de muestreos cuidadosamente diseñados, con selección previa y secreta de casillas, para asegurar su absoluta confiabilidad técnica, nunca tuvieron ni intención ni función de sustituir la suma definitiva que hay que recoger de todas las casillas del país. Es esta aritmética elemental y básica la que, al final de cuentas, debe siempre prevalecer.
La utilidad de las cuentas rápidas es la de proporcionar un telón de fondo contra el cual se puedan contrastar los resultados finales de la jornada electoral para apreciar si son creíbles. En los casos, antes tan usuales en nuestro país, como la clara obstrucción de votación, robo de urnas y de tanta alteración e invención de resultados, la cuenta rápida resultaba un instrumento no sólo novedoso, sino indispensable para proteger el voto ciudadano.
Ha terminado la necesidad de consultar el Manual del Fraude Electoral, que describía a todo detalle las fechorías de los "mapaches", las angustias de los "ratones locos" y demás mañosadas del sistema lleno de amenazas, engaños y fraudes que hicieron famosas las elecciones mexicanas por sus resultados previstos. Hoy, empero, el "sospechosismo" que pervive en nuestra conciencia insiste en revivir ese instante de ambigüedad que saltó la noche del 6 de julio de 2006 y que, hipertrofiado, dejó en la conciencia colectiva una perversa inquietud que ahora el IFE quiere conjurar esta nueva noche electoral ofreciendo los números de una cuenta rápida.
Está bien… sólo que es imprescindible partir de una selección científica de casillas de regiones y estratos socioeconómicos, recoger y procesar todas las muestras, tenerlas listas a tiempo, tener cuidado en aclarar que la cuenta rápida no tiene valor formal ya que sólo la contabilidad de todas las casillas revelará los resultados finales y que por esto mismo, la cuenta rápida puede esconder sorpresas particulares.
Hemos avanzado mucho en democracia electoral. Sabemos que los votos se cuentan y que cuentan. Todos tenemos que tener cuidado de no generar otra tanda de confusiones. Los conteos rápidos no son simples de armar y, el diablo está en los detalles.
juliofelipefaesler@yahoo.com