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El debate democrático en el PAN

JULIO FAESLER

Se ha desperdiciado mucho tiempo y energía en discutir si fueron sensatas o no las reglas que el Congreso aprobó para ordenar los debates entre los que aspiran al cargo presidencial. No cabe duda que, en comparación con la mayoría de los países, es demasiado dilatado nuestro proceso electoral que se extiende, como lo estamos viendo, desde otoño de un año hasta el verano del siguiente. Pasada la elección todavía se inicia un período en que el presidente entrante debe esperar un largo medio año, para finalmente gobernar.

Hay un debate que muchos periodistas prolongan sobre cómo ha interpretado el IFE la confusa reglamentación sobre qué derechos tienen los aspirantes, precandidatos conocidos, pero no formalizados a divulgar sus propuestas. A los medios les enerva que los hayan acotado, con grave detrimento de sus lucrativas ganancias, a no publicitar, sino muy escasamente, lo que los aspirantes y precandidatos pudieran generar como mensajes y controversias noticiosas.

En realidad los hechos no son así. Con o sin el permiso del IFE los tres aspirantes del PAN y los dos precandidatos del PRI y del PRD se han ingeniado para estar presentes en los medios. La risible limitación que parecen tener de poder dirigirse sólo a los miembros o afiliados de sus respectivos partidos no les afecta. El público recibe sus mensajes indiscriminadamente y todos sabemos que una vez formalizadas las nominaciones, los entonces sí precandidatos, abrirán su fuego completo para conquistar votos.

La comunicación de los aspirantes con el electorado ya ha comenzado, sea o no bajo la forma de debates. Aunque a cuentagotas, se van develando por todos los medios, entrevistas directas o propaganda abierta, los temas en que se centrará la decisión ciudadana a finales de julio.

La presentación que hicieron esta semana los tres aspirantes a la precandidatura del PAN significó un avance efectivo en el laberinto de Cofipe puesto que por primera vez se presentaron bajo un formato común a un público, supuestamente partidista, pero en realidad muy general. Se promete otra presentación en un futuro próximo, también organizada por el PAN. El embargo informativo no resultó. Milenio Televisión transmitió gratuitamente el "debate".

En dicho evento realizado el pasado martes, cada uno de los precandidatos tuvo amplia oportunidad para describir sus virtudes y esbozar, aunque esquemáticamente, sus propuestas. Cada uno recurrió a su experiencia en las secretarías de estado que ha encabezado. Tanto Santiago Creel como Ernesto Cordero lo mencionaron expresamente, uno aludiendo a sus logros como Secretario de Gobernación y el otro en la de Hacienda. En esto, Josefina Vázquez Mota, fue más discreta. Sin mencionar ni Sedesol ni Educación, ni su función de coordinación parlamentaria, reseñó avances en materia social, educativa y política que ella puede atribuirse.

Es aquí donde mejor resalta la personalidad y capacidad de Josefina. El conocimiento directo que tiene de los problemas sociales del pueblo mexicano precisamente en los campos donde más palpitan las necesidades que urgen atender le da los criterios que habrá de aplicar desde la presidencia de la República para resolver otros asuntos como hacendarios y de gobernabilidad. La suprema prioridad de lograr por fin un sistema educativo que prepare a nuestra población para el siglo veintiuno junto a la organización en toda la República de los polos de desarrollo integral que generen empleo y producción competitiva están en su programa.

Los otros precandidatos presentaron sus posiciones con nitidez. Cordero sorprendió a su auditorio con su simplismo de un gobierno piloteado por el Presidente como capitán del avión y su copiloto hacendario, mientras que Creel tuvo acierto en referir su largo y vasto desempeño como concertador de acuerdos.

Lo que los tres dejaron muy claro es su determinación de llevar adelante el combate emprendido por el presidente Calderón a la violencia del crimen organizado y del narcotráfico. En esto se ve que cualquier gobierno panista será firme.

Si se quiere insistir en que los "debates" en el PAN van dirigidos sólo a los miembros y adherentes, habrá que subrayar que sin duda alguna sirven para que cada panista forme mejor su opinión y emita con información adecuada su voto el próximo 5 de febrero para candidato a la Presidencia.

Contrario a muchas críticas de que fue objeto el "debate", calificándolo de pálido, lo que hay resaltar es que sólo el PAN se acredita el mérito de realizarlo ya que es el único partido que practica una auténtica democracia interna. No así el PRI ni el PRD que no han superado el atávico dedazo.

juliofelipefaesler@yahoo.com

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