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El directivo escolar

ROLANDO CRUZ GARCÍA

"Enseñemos para la vida; el ejemplo es uno de los mejores medios educativos"

Séneca

En los tiempos actuales se ha intentado revalorar la importancia de la administración educativa en lo general, a partir de las posturas de las áreas de gobierno responsables de lo educativo y al panorama general de la administración; en el que se ha enfocado sólo a puntualizar y definir lo que sucede en los contextos de los diferentes centros escolares y no a encontrar soluciones a las complejas problemáticas que se presentan cotidianamente.

Tradicionalmente se ha pretendido introducir el modelo industrial estadounidense de administración educativa, que enfatiza más en una amplia preparación académica y administrativa, pero es urgente el análisis, la investigación y la revisión de las condiciones contextuales en las que los directores y las directoras de las escuelas se desenvuelven, incluyendo el tipo de reproducción de poder que va quedando instalado en sus escuelas.

Mención aparte merece el corporativismo, que vivencia y define una dimensión política a veces contraria a la dimensión racional para el desarrollo de las instituciones. Lo fundamental es trabajar con eficiencia la administración de las escuelas en México.

Cabe destacar los estudios de investigación realizados a propósito de la administración y las propuestas para reforzar la política educativa del actual gobierno mexicano. En el contexto socioeducativo actual: "El director quiere ser un profesional, pero se siente inseguro ante lo no dominado, ante la complejidad y la exigencia de un modo nuevo de actuar en un campo todavía sin rotular. Son muchas las novedades a las que se tiene que enfrentar, que van desde el cambio estructural y funcional hasta el psicológico y personal" (Pascual, 2000).

Las comunidades escolares centradas en la participación colectiva, necesitan directivos que culturicen, que ayuden a interiorizar los aspectos esenciales de la convivencia en la participación, imprimiendo valores para el desarrollo del sentido grupal. En 1944 se expidió la ley que creaba el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, considerado como uno de los esfuerzos más vastos para preparar profesionalmente a los docentes en servicio, con quienes se mantuvo en estrecha comunicación a través de publicaciones útiles y con alto contenido temático (Solana, 1981), lo que no ocurrió para los directivos.

Con anterioridad, la tarea de los directores escolares distaba en mucho de lo que hoy en día les corresponde realizar. Había maestros de grupo que admiraban y envidiaban el ascenso a director o directora técnica porque seguramente descansarían de la labor pesada que implica trabajar al interior de los grupos de alumnos. Los profesionales recién ascendidos cumplían con su deber atendiendo a la normatividad y siendo congruentes con su figura de poder, al grado de resultar ser un terror para alumnado y personal de los planteles.

A través del tiempo, ha quedado obsoleto el personaje que sólo se dedica a cumplir administrativa y normativamente, los tiempos actuales exigen que el director se dinamice y se convierta en animador y protagonista de sus centros escolares, que se humanice para rescatar las relaciones interpersonales perdidas, que sea gestor de aprendizaje para el alumnado y personal docente, que aproveche en forma óptima los recursos y rinda cuentas del plantel que dirige a la comunidad donde se encuentra enclavado.

Ahora se habla mucho más de una formación para directivos que, al menos en México, no existe de forma sistemática y profesionalizante. Un docente puede solicitar un ascenso a directivo, si cuenta con la puntuación necesaria y si el sistema de escalafón lo autoriza. Lo único que recibe para orientar la tarea a desempeñar, es un oficio de comisión que lo ubica en el lugar exacto donde habrá de presentarse ya como responsable de un centro escolar.

Es aquí donde cobra relevancia la formación administrativa del directivo, sobre todo en el área organizacional, en donde los directivos deben conocer teórica y metodológicamente aspectos tan relevantes como: misión, visión, filosofía institucional y principios de calidad, la gestión del cambio, la formación de equipos de trabajo, el desarrollo estructural y funcional de las instituciones, los modelos de participación y reconocimiento, del ingreso, promoción y permanencia del personal, de los conflictos organizacionales, de motivación y liderazgo, de toma de decisiones y de solución de problemas, por mencionar los aspectos más importantes del trabajo en las organizaciones complejas, como son las escuelas.

Cuando llevamos todo lo organizacional a las escuelas, es pertinente incorporar los nuevos paradigmas del comportamiento organizacional: la calidad total, el conocimiento del cliente, los equipos de alto desempeño, el justo a tiempo, la mejora continua y el análisis de la competencia, por mencionar algunos.

En definitiva, requerimos de un nuevo perfil de directivo escolar, formado administrativa y organizacionalmente; no podemos seguir promoviendo profesores que fueron concebidos para otras funciones; antes hay que actualizarlos, capacitarlos, superarlos y profesionalizarlos para que no lleguen a dirigir intuitiva y empíricamente.

Hoy en día el Sistema Educativo Nacional, en las diferentes modalidades y niveles, presenta serias problemáticas de fondo que es imposible postergar. Con los directivos que tenemos y promovemos, difícilmente se van a resolver.

Agradezco sus comentarios a: rolexmix@hotmail.com

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