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EL DIVÁN

Lic. José Antonio Miranda Hernández

LA TRANQUILIDAD ANTE LA MUERTE

¿Qué hace que estemos tranquilos ante el fallecimiento de un familiar cercano? ¿Qué es lo que hace que estemos angustiados? ¿Por qué algunos lo manejan mejor que otros? ¿Es cierto que el temor a la muerte implica el mismo sentimiento hacia la vida? Éstas son sólo algunas de las preguntas que aparecen en nuestros pensamientos a propósito de la conmemoración en nuestro país del día de muertos.

En ciertos momentos hemos asistido algún servicio funerario, sepelio, cremación ya sea por familiares o amigos cercanos, en el que se observan una variedad de conductas entre los dolientes. Existen los hijos que lloran amargamente la pérdida del padre, un padre que en vida fue violento, autoritario, poco cercano, que confunde enormemente a los conocidos que se preguntan ¿Por qué sufre tanto, si el padre en vida lo trataba muy mal? Dicen los que saben de esto que existen pendientes y seguramente en algunos momentos, durante los periodos de violencia más álgidos el hijo en su fantasía "deseaba" que el padre desapareciera de ese lugar para terminar con la agresión constante, y cuando se cumple este "deseo" embarga en él un sentimiento de culpa bastante importante. No estamos diciendo con esto que no exista un genuino dolor en el vástago, pero si quedan al momento de la despedida, rencores no manejados, enojos no hablados y conductas del padre no comprendidas. En esencia existen pendientes que no fueron manejados adecuadamente en vida. En otros momentos observamos a personas muy tristes, comprensible, pero reflejando una inmensa paz y tranquilidad, y conversamos con ellos y nos sorprende y admira el hecho de cómo manejan una pérdida tan importante.

Algunas filosofías e ideologías hablan de que el problema está en el apego, otras a la dependencia, algunas otras al mal manejo de las pérdidas a lo largo de nuestra existencia.

Una cosa sí parece ser universal y es el dolor y la singularidad de la muerte, esto lo puede escuchar usted cuando el doliente expresa, que no sabe la gente qué es lo que siente, que no saben lo que es perder un hijo, un padre, un amigo que se le amó como hermano, a un tutor que se le ubicó como padre y creo que tienen razón, ya que nadie sabe más que el que vive la pérdida el dolor enorme que lo embarga.

Utilizar palabras de aliento, mengua sólo en poco lo que la persona experimenta, pero el acompañamiento y el saber escuchar y saber "estar" parece ser la mejor medicina en esos momentos para los familiares o amigos del difunto.

No estamos hablando aquí de que existe una manera óptima de manejar la muerte, pero sí quizás algunas conductas que se observan, se viven y sobre todo se reactivan con estas fechas.

Es importante valorar lo que se ha dicho ya de manera trillada pero muy cierta, habrá que brindar a nuestros seres queridos el amor en vida y no cuando éstos ya no están, no quedarse con el abrazo postergado, el saludo suspendido, el te amo en el interior, el me importas para otra ocasión, el eres importante para mí, pensando que el otro lo sabe, pero conociendo de antemano lo trascendental que es oírlo.

¿Cuántas veces no hemos escuchado que una madre esperó a morirse hasta que su hijo del extranjero la visito? Dicen los tanatólogos que el momento de la despedida es importante, no sólo por lo que pensemos que existe después o no de esto, pero sí para dar una despedida a la persona, sea como haya sido su vida, con errores, olvidos, dolores, omisiones, que muchas de las veces parece que fueron con la mejor intención, para el que se va, que mejor que se vaya sin pendientes, para los que se quedan saber perdonar, y perdonarse, y no vivir eternamente con la duda de si la persona amada hoy fallecida, se supo amada, querida, aceptada o valorada según sea el caso.

Existen en la actualidad una gran cantidad de talleres y cursos, como todos algunos comerciales, algunos muy profesionales que nos ayudan a manejar estos momentos trágicas pero insalvables situaciones y no está de más asistir de vez en cuando a uno, no para programar, o atraer la muerte de un ser querido, pero sí para prepararnos para tales eventos o manejarlos si ya se han vivido estas pérdidas.

Habrá quien se acerque a una religión o filosofía trascendental lo cual parece perfectamente válido, lo que sí creo que no hay que dejar pasar, es algo que mi padre me lo dice con frecuencia ¿Algún pendiente? Si lo hay, estamos a tiempo de resolverlo, si ya no hay tiempo, intente perdonarse, que parece que Dios o en lo que usted crea, ya lo hizo.

www.ameenvidaenlamuerteyaparaque.com

Mi correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com

Facebook: Toño Miranda, el psicólogo de cabecera.

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