EL AUTOSABOTAJE
Muchas personas en este inicio de año están dispuestos o al menos eso creen a cumplir todos sus propósitos, anhelos, deseos o fantasías, llevados en no pocas ocasiones por la corriente mercadológica y cultural que nos invade y nos da identidad.
Desafortunadamente nos olvidamos antes de pedir, de hacer un alto en el camino y agradecer, terminamos en lugar de hacer esto de quejarnos y de asignar culpas a diestra y siniestra sobre lo que fue nuestro mal año anterior y pensamos mágicamente que con sólo desearlo nuestros propósitos se cumplirán.
Nuestra cultura mexicana ofrece un sinfín de explicaciones a estos fenómenos de inicio de temporada que trataremos de abordar en esta columna trasnochada y briaga de nuevas elecciones.
Como decíamos el primer punto sería agradecer, agradecer la vida, la salud, la familia, un año más, el trabajo, etc. Este sentimiento de agradecimiento hará que incluso nuestro ánimo sea diferente, porque nos centraremos en algo positivo, ojo, no estamos diciendo que nos hagamos tontos, porque luego entrara a leer esta columna el amigo del amargado, aduciendo que de qué agradecemos, si todo está mal, la vida no vale la pena, no hay empleos, no tengo la relación que quiero, no me quieren, Peña Nieto no lee, mi vieja no me quiere, etc.
Pero al final de cuentas existe la elección, no las de 2012, sino la de decidir si quiero invertir mi energía en lo positivo o en lo negativo. Volviendo a la idiosincrasia del mexicano, nos centraríamos en la primera que es la queja constante y el poco compromiso con el cambio.
La segunda sería el pensamiento mágico, que estriba en querer o desear, que una persona ajena a nosotros o las circunstancias resuelvan lo que tenemos que solucionar, en este espacio caben muy bien todos los santos, hasta el Melate, la revancha, revanchita y revanchón, y esperamos con enorme gasto de energía, ya no se diga de dinero que estos personajes resuelvan algo que nosotros mismos no asumimos.
El tercer punto es la culpa, ésta que se da con el crecimiento y con la felicidad. Me explico mejor, cuando una persona en México logra el éxito, sea éste el que cada quien determine, busca en su gran mayoría no sentirse lo suficientemente apto para disfrutarlo y termina utilizando el autosabotaje, tema que encabeza nuestra querida y enfiestada columna.
¿Cómo es esto? ¿Es posible que la felicidad me dé culpa? ¿Se volvió loco el psicólogo del diván? No, mi estimado y enroscado lector, existe una gran cantidad de individuos que se pasan la vida destruyendo lo que construyen para sentirse culpables, porque desde chicos les enseñaron que el éxito era malo, y que el ser más que sus propios padres era faltar a uno de los mandamientos y Dios estaría enojado con ellos. ¿Le suena familiar la frase no se puede tener todo en la vida? "Cuidado con lo que sueñas, se puede cumplir" decía por ahí otro. Existen mujeres maravillosas que logran todos sus objetivos, pero no se dan cuenta de que los cumplen y empiezan a pelear con gente querida con el fin de decirse a ellas mismas que no son merecedoras de la dicha. Cuánta gente conoce usted que cuando todo está de maravilla, piensan, ¿a qué hora llegará lo malo, no puede ser todo tan maravilloso?
Yo le propongo algo este 2012, antes de que se acabe el mundo, agradezca lo que tiene. Haga una lista de lo maravilloso o constante que usted valora y ahora posee. Después sueñe con los ojos abiertos y dese cuenta que usted es el único impedimento para lograr lo que quiere, no es Calderón, no es El libro de Peña Nieto, no es la visión de Cordero, no es la república amorosa de López Obrador, ni mucho menos mi abuelita o los consejos de Doña Chila, no! Por favor!!! Somos nosotros y nuestra capacidad para hacer de la culpa un control, de los pretextos una justificación, del pensamiento mágico nuestra bandera y del autosabotaje nuestro estilo de vida.
Pedro Infante, Pancho Villa, Emiliano Zapata, están muertos, nuestros propios modelos debemos ser nosotros mismos, si no, ¿cuál seria nuestra aspiración?
¡Feliz año!