El mundo del beisbol, se llenó de luto el pasado jueves 16 de febrero al adelantarse en el camino, uno de los mejores catchers de la historia como lo fue Gary Carter quien libró una batalla y detrás de home, contra el cáncer que se le diagnosticó en mayo del 2011 dejando una sucesión de cátedra para la posición más ingrata que existe en el rey de los deportes.
Dentro de un punto de vista muy particular, es el mejor segundo receptor que dado la vida del beisbol por debajo de Johnny Bench y por encima de Thurman Munson jugando un total de 19 campañas en grandes ligas con los desaparecidos Expos de Montreal, Mets de Nueva York, Gigantes de San Francisco y Dodgers de Los Ángeles pegando un total de 324 cuadrangulares finalizando su eminente carrera precisamente con el equipo que inició su vida de pelotero como lo fue el conjunto de Canadá.
Fue seleccionado en 11 ocasiones al juego de las estrellas en donde logró ser dos veces el más valioso además de obtener el guante de oro en tres situaciones lo que le valió ser elegido al salón de la fama en el 2003 pero lo que más caracterizó a este cátcher de élite, fue la forma como guió a jóvenes lanzadores de los Mets de Nueva York para obtener el clásico de otoño en 1986 cuando el conjunto de la gran manzana después de perder los 2 primeros encuentros en el desaparecido Shea Stadium contra los Medias Rojas de Boston, fueron a Fenway Park para ganar 2 encuentros y garantizar el regreso a Manhattan recordando ese cuarto juego al pegar 2 cuadrangulares venciendo al "Monstruo Verde" pero en el sexto juego ya de regresó en el Bronx y estando el conjunto de Massachusetts a solo un out de romper la "maldición del bambino", Gary Carter prendió la mecha en la baja de la décima para dar una de las volteretas más dramáticas que hayan existido.
Implantó la marca de más partidos jugando detrás del home plate en el viejo circuito y eso que tenía ¡9 cirugías en sus rodillas! Pero también ejercía funciones en los jardines y debido a sus obras humanitarias, recibió el trofeo "Roberto Clemente" teniendo una popularidad inigualable que resultó no solo de su ingenio como receptor y bateador sino de una personalidad que poseía y por una sonrisa continua que siempre lo caracterizaba.
Sin que se tome como presunción, siempre seremos afortunados de que tuvimos oportunidad de ver a este grande de los diamantes y sobre todo en aquel mes de julio de 1982 presenciando un encuentro entre Los Dodgers y Los Expos en Chávez Ravine enfrentándose Fernando Valenzuela a este letrado de la receptoría y donde pudimos darnos cuenta el porqué, "El Toro" de Etchohuaquila siempre batalló para dominar a esta estrella del conjunto de Montreal.
Gary Carter para siempre!