Después del robo que sufrió Juan Manuel Márquez en noviembre del año pasado a manos de unos invidentes togados en su pelea contra Manny Pacquiao y que colocó al boxeo mundial en el orificio de la tempestad generando una desmedida incertidumbre acerca de la dignidad del pugilismo, ahora es el beisbol de Grandes Ligas quien ha sufrido un golpe severo al quedar exonerado el jugador más valioso de la Liga Nacional de la temporada 2011, Ryan Braun, después de haber dado positivo en una prueba antidopaje.
El bate exterminador de los Cerveceros de Milwaukee tenía que cumplir una suspensión de 50 partidos en este año por arrojar efectivo a desmesurados niveles de testosterona sintética pero la extraña decisión del decano magistrado de arbitraje del beisbol, Shyam Das, ha dejado una casa llena de dudas acerca de este bochornoso caso que pone otra vez al Rrey de los Deportes en el iris de la tormenta.
Así de increíble, se trata de un dictamen que aparenta recomendar que las coyunturas que envolvieron la prueba del pelotero que resultó positiva en octubre pasado, fueron tan extrañas como había sostenido la parte del outfielder desde hace bastante tiempo, ya que, en hipótesis, se trataba del prototipo del jugador que nunca ha hecho maquinaciones durante su trayectoria dentro de los diamantes.
¿Pero ha sido adecuada esta resolución? Esa es la lamentable porción de la crónica y que quizá nunca se llegue a saber porque aún no se conoce en realidad lo que originó que los efectos de la prueba de Ryan Braun manifestaran un nivel elevado de esta inmundicia y que no es posible que alguien en un futuro lo muestre a la luz pública, por lo que el motivo que provocó que este juez invalidara la suspensión nunca se llegue a saber.
El alegato del jugador ante el castigo se había fundamentado en una confusión de resguardo de las muestras que arrojaron datos reales de la bazofia en el control de la misma, pero las normas de las grandes ligas, cuando se refiere a un caso de esta naturaleza, están visiblemente determinadas, por lo que se deriva que en el pronunciamiento de este fallo los estatutos no se cumplieron.
Por lo pronto, la incertidumbre que se encuentra volando es saber si en realidad el jugador se administró componentes ilegales, porque tanto su inocencia o su culpabilidad no se han demostrado, pero el detalle es saber qué pensarán otros beisbolistas acerca de este veredicto, porque si se quiere evitar a más peloteros tramposos donde se juega el mejor beisbol en todo el globo terráqueo, los controles antidopaje deben ser más inflexibles.
Y como dijo Juan Gabriel: "Pero qué necesidad".
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