Los candidatos se están dando hasta con la cubeta. Lo cual es normal en eventos donde está en juego la rectoría del Estado. Las ambiciones incontenibles se han desatado. Los más nerviosos, son los que andan detrás de los candidatos oliéndoles el trasero a los que ven como una tabla de salvación a sus penurias, más que dispuestos a agregarse al festín semejando lobos hambrientos que ven con ansia la terminación de un gélido invierno. Entran dispuestos a todo con tal de treparse aunque sea en el estribo del camión gubernamental. Faltan 15 días para que el ciudadano acuda a las urnas. Se prevé que asistirá el 72 por ciento del total de electores. Las dos notas relevantes: 1.- la del periódico El New York Times informa que pese a todo lo que pueda perjudicarle a EPN su popularidad no mengua, por lo que sigue siendo el favorito para ganar las elecciones y 2.- la de la Agencia Reforma en que PRI y PAN reviven el caso de un centro de espionaje furtivo en Toluca por el que, se dice, fue condenado a 6 años de prisión un señor de nombre Luis Miguel Dena Escalera, por el delito de intervención de comunicaciones.
Esto viene a colación porque el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) desmanteló una red de espionaje político que aparentemente operaba desde el gobierno estatal encabezado entonces, julio de 2001, por Arturo Montiel, lo cual nunca se demostró lo hubiese montado él y digo que no hubo pruebas, porque hasta donde se sabe, nunca fue enjuiciado y si lo fue, saldría absuelto. Se denomina espionaje al conjunto de técnicas asociadas a la obtención ilegal de información confidencial, en veces mediante métodos poco ortodoxos. Baste citar el caso de la entonces URSS que durante la Guerra Fría tenía un batallón de espías especializados en enamorar empleadas de ministerios occidentales. El espionaje jugó un rol central durante la Guerra Fría en dos temas específicos: la carrera armamentista y la carrera espacial. Me he referido a contiendas bélicas porque la política es una guerra disfrazada, en la que ambos bandos suelen darse hasta con la cubeta. Las armas más sofisticadas se ponen en juego. Véase si no: La lengua destruye barricadas, la intriga y la insidia acaban con reputaciones. Se busca hacer el mayor daño posible al enemigo.
¿No es acaso el pinchar un alambre, una maniobra dirigida a obtener datos de manera súbita y bastarda? En el argot político se dice que hay pájaros en los alambres cuando una línea telefónica está intervenida cuando un tercero escucha una conversación obviamente ajena. Es ilegal y los jueces no le dan valor probatorio si no se obtuvo previamente la autorización de los dueños de las voces. Al tratarse de una grabación clandestina carece de valor frente a los letrados. Usted recordará la conversación grabada entre el entonces gobernador de Puebla, Mario Marín Torres y Kamel Nacif Borge, empresario poblano de origen libanés, conocido como el "Rey de la Mezclilla". Es una plática telefónica cargada de sugerencias agradeciendo Kamel al mandatario la detención de una periodista autora del libro Los Demonios del Edén, ofreciéndole dos botellas de cogñac que se especula en realidad pudo tratarse de niñas para su diversión sexual. Ganándose a ley el epitafio que se inscribirá en su lápida "aquí yace el gober precioso".
El priista, para vergüenza de los priistas, terminó su período muy quitado de la pena y actualmente goza de cabal salud. Es lo que da tirria a la ciudadanía que lo mira tan campante del brazo y por la calle con Kamel Nacif, a quien la periodista Lidya Cacho le dijo estaba implicado en la protección al pederasta Jean Succar Kuri quien, eso creo, aún está tras las rejas. En fin, en este mundo nada es verdad ni es mentira todo es según el color del cristal con que se mira. La publicación del NYT cita el testimonio del exembajador de Estados Unidos en México, Jeffrey Davidow que "ante un posible regreso del PRI a Los Pinos, en realidad esta agrupación política nunca se fue del poder sino que sólo se reagrupó a nivel local ganando 20 de las 31 gubernaturas". El diario neoyorquino sostiene la tesis de que pese a que los márgenes de popularidad entre los candidatos se han cerrado en las encuestas, el consenso entre analistas y encuestadores es que sería "una voltereta histórica si (Peña Nieto) no ganara" las elecciones.