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El hombre del sombrero

GABRIEL ACOSTA

"En un mundo que él no creó, pasará por él como si fuera su creación. Mitad hombre, mitad bestia. No sé qué es, pero es extraño, reventado y se hace llamar Slash". W. Axl Rose.

No todas las cosas que algún día soñamos pasan cuando queremos que pasen, muchas veces pasan cuando ya ni siquiera podemos llamarlos sueños. Hay que ser muy pacientes con ellos y no abandonarlos porque cuando uno de ellos ocurre, no importa ni el cómo ni el cuándo, siempre va a ser una experiencia placentera, una misión cumplida.

No recuerdo exactamente cómo fue, pero un día miré en algún video musical a un tipo extraño y llamativo, raro pero único: el hombre del sombrero. Armado con una guitarra, cigarrillo en la boca, y con el rostro cubierto por su abultada melena, había algo en él que lo hacía sobresalir entre los otros tipos que estaban con él (y vaya que destacar entre la figura excéntrica de Axl Rose es algo difícil).

Resultó que esta figura ni siquiera un nombre normal tenía, lo llamaban Slash, y era el guitarrista principal de una pequeña banda llamada Guns N' Roses. Dotados de una crudeza y una energía bestial, este grupo logró conquistar al mundo y se convirtió en una de las más grandes bandas en la historia del rock.

Hace dos semanas tuve la oportunidad de ir al concierto que ofreció Slash en la ciudad de Monterrey, y debo decir que fue un sueño cumplido. Siempre es muy surrealista la sensación y el momento en el que tienes la oportunidad de ver a un ídolo en persona; no en la televisión, ni en videos, ni en la computadora, sino en carne y hueso. El solo hecho de saber que, por un par de horas, compartes el mismo lugar, el mismo ambiente, la misma gente y sobre todo la misma energía con tu artista, es un dejo inigualable de alegría.

Para los que le perdieron la pista a este músico (y para los que lo conocen poco), Slash sí existe y ha existido fuera de Guns N' Roses. Ha estado en otras bandas como Slash's Snakepit y Velvet Revolver y ha tenido distintas colaboraciones con artistas de todo género (todo artista tiene al menos un tropiezo en su carrera, no olvidemos la horrorosa participación con Paulina Rubio).

En estos últimos años ha sacado dos discos como "solista": su primer disco homónimo en donde reúne a varios cantantes para aparecer en cada canción, y su nuevo disco: Apocalyptic Love en donde vuelve a formar un dúo dinámico, ahora con el poderoso y talentoso cantante Myles Kennedy.

Sin tanto preámbulo ni rodeo, pasemos a lo que fue el concierto en sí. Mucha gente se preguntaba si los que íbamos a asistir íbamos a ver a Slash cantar, o simplemente a verlo tocar la guitarra por dos horas. No fue así. Después de la espera normal de cada concierto y de ver a la banda telonera Resorte, se apagaron las luces y toda la emoción y adrenalina explotaron cuando la banda apareció en escena.

Comenzó el concierto con la energética canción Halo, de su nuevo disco. Me fue difícil concentrarme en la música, ya que me ganaba más la incredulidad que sentía de ver a mi guitar hero favorito a dos metros de mí. El ver los rostros extasiados de los que estaban ahí conmigo me hizo volver a enfocarme en la música y dejarme llevar por la magia y mística de un buen concierto.

El concierto fue un viaje intenso y el repertorio estuvo más enfocado en el nuevo disco, pero dando probadas a toda su extensa trayectoria. Obviamente, las canciones más esperadas por todos los amantes del rock en general fueron las de Guns N' Roses. A lo largo del show nos complació con canciones como Nightrain, Mr. Brownstone, Rocket Queen, entre otras.

En cuestiones técnicas, Slash tal vez no sea el guitarrista más virtuoso, pero sí uno de los más pasionales y es capaz de fusionar una brutalidad con un gran sentimiento a la hora de tocar. Pocos guitarristas sienten las notas de manera que las siente él y es impresionante que sin siquiera hablar, con sólo mover los dedos, te transmite un sinfín de emociones y se apodera del escenario. Una imagen que nunca se va a borrar de mi memoria es la de Slash sosteniendo la guitarra hacia él, tocando sólo para sí mismo, con su sombrero puesto. La imagen más mítica y representativa de todo lo que es.

La banda y los músicos destacaron en todos los sentidos, el bajista Todd Kerns reflejaba toda la actitud y la esencia del rock y también nos demostró un poco de locura a la hora de cantar temas como Out Ta Get Me o la voz de psicópata en Welcome to the Jungle . El cantante Myles Kennedy no es el cantante más extrovertido, su actitud es más la de un hombre serio y tranquilo, pero tiene una voz potente, un registro muy amplio para cantar, pasa de la agresividad a la dulzura en su voz. Sabe matizar su energía perfectamente y también sabe controlar los tiempos: cuándo volverse loco y cuándo ser más sutil. Definitivamente Slash encontró un nuevo aire musical al asociarse con él, los dos forman una gran pareja creativa y tienen una química perfecta en el escenario.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando sonaron los acordes de Sweet Child O' Mine, la balada por excelencia de su carrera y el momento nostálgico de la noche. Después, para cerrar el concierto, todos saltamos y coreamos el "take me down to the paradise city, where the grass is green and the girls are pretty" y de ahí lo vimos partir. Entre baños de cerveza y con papelitos por todos lados, todos nos hicimos uno para corear el "olé, olé, olé: Es-lach, Es-lach".

Tal vez ya no sea el adolescente que colgaba afiches de él en mi cuarto, pero puedo decir que poder disfrutar de una noche así, verlo tocar en vivo y estar presente para que nadie me lo contara, es un sueño cumplido. El hombre del sombrero existe, y existirá en mis recuerdos para contar la anécdota a futuras generaciones.

Twitter: @gaboacosta89

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Escrito en: jovenes columnistas

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