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El informe

No hagas cosas buenas…

ENRIQUE IRAZOQUI

Ayer rindió su primer informe el gobernador Rubén Moreira Valdez en el teatro Nazas de Torreón, en medio de un operativo de seguridad que desquició la vida diaria de gran parte del primer cuadro de la ciudad. El acto contó con la presencia de quince gobernadores que respaldaron como es costumbre al informante.

El día de hoy, en la ciudad de Saltillo, el mandatario Moreira repetirá un acto político más reducido en la capital del estado, pero cumplirá con lo establecido por la ley de presentar el informe correspondiente del estado que guarda la administración pública del Estado libre y soberano de Coahuila. Tendrá por ley que escuchar el posicionamiento de los partidos, pero como el Congreso local es abrumadoramente priista, asumiendo las comparsas con las que cuenta, sólo tendrá que soportar un rato las peroratas del grupo parlamentario del PAN - es un grupo de dos por ciento- y el discurso de Lenin Pérez, de la UDC.

Poco se puede señalar del informe, puesto que realmente Rubén hizo lo que se puede decir un discurso sensato. Evidentemente recibió al estado en medio de una grave crisis financiera, a la que adujo en su informe de hoy, además reconoció que en el tema de seguridad también encontró, más que un desastre, (me parece que debe decirse con todas las palabras: la seguridad en el estado es una mierda) un profundo problema.

Cuando Moreira dice que fundamentalmente son tres los problemas: deuda, seguridad y programas sociales insostenibles, en realidad está siendo repetitivo con dos de ellos. Los programas populistas que se implementaron en el sexenio pasado como la Tarjeta de la Gente, -hay que recordar que el eslogan del gobierno del hermano es precisamente "El Gobierno de la Gente"- así como cientos de millones de apoyos repartidos a través de toda la estructura clientelar del PRI, ciertamente desembocó en que hoy Rubén esté despachando en el cargo de gobernador. Hoy como los tiempos y las circunstancias lo obligaron, reconoce que la administración pasada fue obviamente desordenada.

Es un buen paso quizá a la reconstrucción de la sociedad coahuilense y en especial a la lagunera perteneciente a este estado, el que Rubén haya decidido realizar el acto en el teatro más grande de Torreón. Él sabe bien que las pasiones partidistas y la rivalidad existente entre Saltillo y Torreón provocaron un desprecio y una profunda inequidad en el trato que se recibió en la ciudad más poblada de la Comarca Lagunera versus el trato privilegiado que recibió la zona sureste del estado, léase la mera capital y el municipio de Ramos Arizpe.

Quizá con el panismo erradicado en los tres órdenes de gobierno en las principales ciudades coahuilenses, ahora el moreirismo II pueda enfocarse mayormente a realizar una administración más eficiente y sobre todo más equitativa sobre todo el territorio estatal.

Puede ser un buen augurio esto que sucedió ayer. A la par de reconocer que se encontró hecho un desastre el estado del gobierno, Rubén Moreira hizo énfasis en que ahora se cuenta con un orden mucho mayor en las finanzas estatales, y que con valor, ha enfrentado decididamente el problema de la seguridad.

Qué bueno que así sea, el problema es que el gobernador actual está intrínsecamente ligado a la operación y concepción política del sexenio anterior. Si hoy quiere marcar distancia - y qué bueno que lo haga- no puede olvidar que ayer él era un pilar del gobierno de su hermano Humberto. La deriva en la que se encuentra la seguridad pública a la que fue empujada toda la entidad, ocurrió siendo él el número dos de lo que fue el moreirismo.

Sin embargo, para efectos prácticos poca utilidad tiene echar la vista atrás. Si acaso le echararán el guante a algún exfuncionario de segundo nivel por el tema de la deuda ilegal, pero nada más. Hoy lo mejor es mirar para adelante y como sociedad estar muy atenta para que esta administración continúe y cumpla con su deber legal de procurar el bien común de los coahuilenses. Además, hay que dejar de lado ese tonto encono que se profundizó entre ciertos sectores de La Laguna y el poder central estatal; y enfocarse a exigirle al gobierno que le dé a cada quien lo que corresponda, y a Rubén Moreira, que desde su poder, subsane el daño que le han causado estos últimos años a Torreón y a la Comarca Lagunera toda.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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