Año Nuevo. Húngaros celebran el Año Nuevo con el tradicional baño en las aguas heladas del lago Balaton.
Desde Nueva Zelanda hasta Nueva York, el mundo recibió ayer con entusiasmo el Año Nuevo, con celebraciones cargadas de fuegos artificiales, confeti y estrellas del espectáculo.
Por una noche al menos, los juerguistas se congregaron con esperanzas de un futuro mejor, diciendo adiós a un año lleno de huracanes, tsunamis y torbellinos económicos que muchos prefieren olvidar.
En Nueva York, centenares de miles de personas se congregaron en Times Square para ver el descenso a medianoche de una bola de cristal con más de 30.000 luces. El alcalde Michael Bloomberg y Lady Gaga encabezaron a la muchedumbre en la cuenta regresiva.
Matheus Campos, un estudiante brasileño de leyes, alzó los brazos al comenzar el Año Nuevo en Times Square. "Es grandioso", dijo. Juerguistas en Australia, Asia, Europa y la nación de Samoa, en el sur del Pacífico, que saltó al otro lado de la línea de la fecha para ser la primera en celebrar, recibieron 2012 con espectáculos de fuegos artificiales. Los cielos también se iluminaron sobre la Plaza Roja en Moscú. En París, las multitudes en los Campos Elíseos descorcharon botellas de champaña apenas pasó la medianoche.
Muchos asistieron con esperanzas de que la llegada del nuevo año cambie su suerte, en un mundo vapuleado por desastres meteorológicos, desempleo e incertidumbre económica.
Las primeras grandes celebraciones comenzaron en Auckland, Nueva Zelanda y en Sidney, donde más de 1.5 millones de personas presenció la muestra pirotécnica titulada "Tiempo para soñar".
Los españoles devoraron las 12 uvas al tiempo que el reloj de la Puerta del Sol marcaba la llegada de 2012 en Madrid, una tradición observada por millones en el país ibérico, quienes acostumbran interrumpir la fiesta y encender el televisor para escuchar la decena de campanadas.