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El Plan B de Josefina

CARLOS LORET DE MOLA A.

Josefina Vázquez Mota sabía que podía ganar la elección interna panista. Que era una apuesta de largo aliento, complicada porque no contaría con el apoyo del presidente Felipe Calderón, pero posible. Pero en corto, siempre confió a sus allegados que vencer en la contienda presidencial era un reto en la frontera de lo imposible.

Los políticos siempre hacen apuestas. A veces aceptan candidaturas sin futuro para hacer méritos dentro de sus partidos o irse dando a conocer en la ciudadanía. Los hay ilusos que en cada carrera están convencidos de que van a ganar. Josefina Vázquez Mota era de las primeras. Su Plan B, de no ganar la presidencia, era quedarse con el partido, quedarse con el PAN.

Le hubiera sido sencillo, casi automático, de haber quedado en segundo lugar en la carrera presidencial: la figura de la mujer casi heroica que había peleado contra la corriente dentro del PAN, obtenido la candidatura contra todos los pronósitcos y luego luchado hasta el último aliento contra el poderío de Peña Nieto, aun cuando no lo hubiera vencido, constituía la narrativa de una de esas historias que fascinan al panista. Desde ahí, construir un liderazgo dentro del partido, con sus mejores alfiles colocados en las coordinaciones parlamentarias del Senado y la Cámara de Diputados, sonaba hasta lógico.

Ese cuento de hadas tampoco tuvo final feliz. Haberse caído al tercer sitio debajo de Andrés Manuel López Obrador la puso en la indeseable posición de ser objeto más de reclamos que de reconocimientos, de reproches por los tropiezos de la campaña por encima de aplaudirle que haya posicionado en la agenda electoral el miedo al PRI de siempre (este factor terminó beneficiando al perredista más que a ella, pero esa es otra historia).

No obstante, la semana pasada, Josefina Vázquez Mota dio saltos cualitativos que permiten deducir que su objetivo no se ha modificado: quiere quedarse con el partido. De entrada, recibió en Los Pinos el nutrido apapacho político de todos los sectores relevantes en el PAN, convocados por el presidente Calderón. Fueron puras palabras de elogio a su entrega y empeño en la contienda, según revelaron algunos asistentes.

La excandidata ofreció horas más tarde una conferencia de prensa para anunciar, con sus 13 millones de votos en la bolsa, que encabezaría un movimiento político a favor de las reformas estructurales, retó a Peña Nieto y descalificó a López Obrador.

El Plan B está vigente.

SACIAMORBOS

El dirigente nacional se fue por la libre. En esa reunión en Los Pinos los líderes de todas las corrientes panistas acordaron verbalmente no iniciar un proceso formal de expulsión de Vicente Fox del partido por su apoyo al priista Peña Nieto. La idea, puesta sobre la mesa por Diego Fernández de Cevallos retomando al ex dirigente Adolfo Christlieb, fue declararlo "fuera del PAN", así, de facto, sin darle el privilegio del proceso para no "regalarle más reflectores ni agrandar el tema". Todos asintieron. Luego Madero salió e hizo otra cosa.

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