Delito.Dos adolescentes fueron víctimas de abuso sexual por parte de un mismo hombre, quien ha sido liberado tras ambos delitos.
El sueño de Lucía, una joven de 15 años, era convertirse en estilista profesional; había cambiado la calle por un refugio y renunciado a las drogas. Lentamente superaba los recuerdos de cuando fue explotada sexualmente, en 2009, por David Ramos Benítez, un taxista capitalino. Sin embargo, una serie de decisiones judiciales transformarían su destino.
Su agresor, que en sus ratos libres imparte lecciones de la Biblia a sus amigos y vecinos, fue absuelto del delito de corrupción de menores un año después. Esto pese a ser sorprendido de nueva cuenta in fraganti con otra menor de edad; aún así consiguió, de nuevo su libertad el 31 de enero pasado.
Los últimos meses han sido distintos en la vida de Lucía, quien volvió a las calles, a consumir drogas y después regresó a vivir a la casa de su madre, de donde escapó años atrás cuando fue abusada sexualmente por su hermano mayor.
EL INFIERNO DE LUCíA
El 9 de mayo de 2009, Ramos Benítez fue capturado durante un operativo para combatir la trata de personas en la colonia Guerrero, de acuerdo con datos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Fue detenido teniendo relaciones sexuales con Lucía, a quien había recogido sobre el Eje 1 Norte, a bordo de su automóvil Pointer 2005. En esos momentos, la adolescente tenía 13 años de edad y vivía en la calle.
Germán del Villar, abogado de la víctima, relata que la detención se llevó a cabo en una gasolinera abandonada, que funcionaba como pensión para autos y hotel de paso, ubicada en el 44 de la calle Mercado. Los conductores iban con prostitutas o menores de edad y ahí les cobraban de 20 a 25 pesos por cubrir el automóvil con colchas y sábanas, para que no se viera hacia el interior.
Lucía declaró ante el Ministerio Público que Ramos Benítez acudía con frecuencia a la zona donde la recogió y le ofrecía 100 pesos para que ella accediera a subirse al taxi. El dinero, contó la menor, lo utilizaba para comprar comida y drogas.
El sujeto fue sentenciado a 12 años en prisión, por el delito de corrupción de menores, pero Ramos Benítez se inconformó con la sentencia y promovió un amparo. Durante este proceso fue trasladado del Reclusorio Norte al Sur.
Pese a ser sorprendido in fraganti, pasó sólo nueve meses en prisión pues una Sala Penal le otorgó su libertad el 12 de febrero de 2010, debido a que la juzgadora consideró que no había elementos suficientes para proceder porque "lo corrompido no se puede corromper".
"Ése es el argumento que se utilizó en el juicio porque, en otra ocasión, la niña había sido encontrada en un taxi sosteniendo relaciones sexuales. Ella cuenta que una joven, también en situación de calle, le enseñó a relacionarse con los hombres para conseguir dinero y subsistir. Era una menor de edad que vivía en la calle, vulnerable", cuestionó Del Villar. La ahora quinceañera cuenta que escapó de su casa, junto a su hermano de cuatro años de edad, porque su madre los maltrataba y ella fue abusada sexualmente por su hermano mayor. Llegó a vivir a los 12 años a la zona de Garibaldi. El hermano pequeño actualmente se encuentra en un albergue.
En alguna ocasión, un sujeto ofreció a Lucía pagarle dinero a cambio de favores sexuales en la habitación de un hotel. Ella aceptó y de la mano de su pequeño hermano acudió a la cita. Ambos escaparon por una ventana momentos después de que el sujeto intentó golpearlos.
La joven permaneció un año en un refugio y luego fue trasladarla a otro, para que comenzara su proceso de reintegración social, explicó Iliana Ruvalcaba, abogada y presidenta de uno de los refugios dedicados a brindar apoyo a las víctimas de trata de personas. En ese lugar comenzó a estudiar cultura de belleza a la par de la secundaria.
"Hace dos meses, aproximadamente, decidió abandonar el programa. Quería regresar a su casa con su mamá. En esos momentos ella se enteró que su agresor seguía libre. Supimos que regresó durante un tiempo a las drogas y a vivir a la zona de Garibaldi. Pero, finalmente volvió a casa de su mamá", comentó.
PIDEN APOYO A NUEVOS DELEGADOS
La exdiputada federal y activista en el combate a la trata de personas, Rosi Orozco, solicitó a los delegados electos que rendirán protesta en las jefaturas el próximo 1 de octubre, poner en marcha programas de capacitación y sensibilización en el tema de trata de personas, sobre todo en el perímetro que comprende la delegación Cuauhtémoc.
"Todavía Alejandro Fernández, delegado electo en Cuauhtémoc, no ha accedido a conocer a las víctimas de trata de personas que son explotadas en calles de esa demarcación. Esperemos que el delegado se dé cuenta de la dimensión del problema", consideró.
Entre esas víctimas se encuentran menores de edad que son explotadas sexualmente frente a las oficinas de la delegación y cuya ubicación se ha dado a conocer.
Instó también a los diputados locales etiqueten recursos para ampliar los programas que hasta ahora existen para combatir la trata de personas en la ciudad.
