El Síndrome de Esquilo
"Yo ganaba un buen sueldo, lo que me permitía manejar varias tarjetas de crédito, pero hace unos meses perdí mi trabajo y ya no pude pagarlas. Ahora sólo realizo pagos mínimos y a veces ni eso: mis deudas no disminuyen, todo lo contrario, y han comenzado a llamar a mi casa para exigirme que les pague. ¿Cómo salgo de esto?"
A miles de mexicanos este caso les suena familiar. Y encima, sus conocidos les hacen todo tipo de recomendaciones: que pidan otro crédito para "matar" todas sus deudas al mismo tiempo, que junten las deudas de todas sus tarjetas en una, que contraten una reparadora de crédito, incluso que dejen de pagar para que el banco se siente a negociar… el deudor, confundido, sigue preguntándose cuál será la mejor opción. Dejar las cosas como están sólo empeora la situación. No existen recetas mágicas para desaparecer las deudas, pero tampoco existe un problema tan grave que no tenga salida. Las mejores armas a la mano son la información, la disciplina y la constancia.
El primer paso es admitir que se tienen deudas y saber de cuánto se está hablando. Probablemente se le debe a más de una institución. Incluso puede ser que, además se tengan deudas de otra naturaleza: mensualidades del coche, servicios, préstamos solicitados a la familia. Calcule con precisión la suma total que debe, e identifique a cuánto asciende cada deuda, y cuánto crece esa deuda cada mes. Saberlo es muy sencillo: todos los créditos tienen una tasa de interés que es, por decirlo fácilmente, el precio del crédito. En el caso de las tarjetas, existe además un indicador conocido como Costo Anual Total (CAT). Viene en los estados de cuenta que le envía su banco cada mes. El CAT incluye, además de la tasa de interés, los costos más relevantes de un crédito (por ejemplo, la comisión por anualidad). Entre mayor sea el CAT, más cara será una tarjeta.
Haga una lista en donde ordene sus deudas de mayor a menor. Junto a cada cifra apunte el CAT o la tasa de interés. No es una práctica masoquista, es un ejercicio que le permitirá ver dónde prefiere comenzar a atacar el problema. El paso que sigue es identificar el dinero con el que cuenta para ir pagando. Calcule sus gastos mensuales con la mayor precisión que le sea posible. Tener a la vista sus gastos le permitirá identificar en qué puede ahorrar. Siempre se puede gastar menos. Por supuesto que habrá cosas que no pueda recortar, pero encontrará muchos gastos de los que sí puede deshacerse.
Una vez que hizo lo que está en sus manos para ajustar y recortar gastos, y que ya sabe de cuánto más puede disponer para acabar con sus deudas, busque alternativas para bajar el monto que debe pagar por ellas y pagar en el menor tiempo posible. Para ello, los bancos ofrecen algunas opciones, tanto para quienes están al corriente en sus pagos como para quienes han caído en moratoria en sus pagos (es decir, que han dejado transcurrir al menos 90 días sin abonar a su adeudo).
A este tipo de información le llamamos educación financiera, y nos permite desarrollar habilidades útiles en el día a día: presupuestar los gastos de la casa, identificar la tarjeta de crédito más barata, proteger nuestro patrimonio con un seguro, tener un fondo de ahorro para enfrentar imprevistos, preparar el retiro. Se trata de conocimientos y habilidades que utilizaremos en las diferentes etapas de nuestra vida.
Hoy comienza la Semana Nacional de Educación Financiera (SNEF) en la que por medio de charlas, obras de teatro, exposiciones, talleres y más se difunde información que ayuda a la gente a administrar mejor su dinero, incrementarlo y proteger su patrimonio, a través del uso adecuado y responsable de los productos y servicios financieros. Los trabajos son coordinados por la Condusef, organismo del Gobierno encargado de ayudar a los ciudadanos en sus problemas con las instituciones financieras. La ayuda es gratuita. En Torreón la Condusef está en Blvd. Independencia N° 2120 Ote., Planta Baja "A", Col. Estrella. Los teléfonos son 747-95-09 y 747-95-10.
Twitter: @vicente_alfonso
