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El síndrome de tersitis

GILBERTO SERNA

Leí en El Siglo de Torreón, foja 13 A, de la edición del sábado 21 del mes en una sorprendente reseña en la que se da cuenta que el actual Presidente, como candidato demócrata, pretendiendo ser reelegido en los comicios de noviembre, demostró tener no sólo una sonora y vibrante voz que tuvo la virtud de hipnotizar a la audiencia hace cuatro años ayudándolo a desbrozarle el camino a la Casa Blanca, siempre cubierto de espinas y cardos, sino que además ahora evidencía que posee cualidades especiales ajenas al quehacer político como el divino y difícil arte de reírse de sí mismo y además una cadencia de voz que mucho recuerda los campos algodoneros del Siglo XIX, evocando al soulman Al Green, que es una de las grandes voces del soul norteamericano.

No veo que de los tres panistas, Creel, Vázquez Mota o Cordero, uno haya hecho el intento de cantar siquiera el Cielito Lindo en alguno de los mítines organizados por el PAN o que AMLO se hubiera destapado bailando el Mariachi Loco o que Peña Nieto se haya acordado de cómo va la letra de Zacazonapan, con lo que hubieran demostrado que los políticos de estos lares conocen de algo más que de "grilla". De siempre hemos sabido que los políticos mexicanos son peripatéticos, muy propios, creídos de sí mismos, de una seriedad que raya en lo solemne, considerando a Porfirio Díaz como el arquetipo a seguir, incapaces de salirse de su acartonamiento y orgullosos de traer un peinado decimonónico.

Es posible que el único Presidente mexicano que le hubiera competido en el bel canto a Obama hubiera sido Adolfo de la ,, Huerta, que en 1920 a la muerte de Venustiano Carranza fue Presidente provisional, pero quiso más y después que le costó la vida a Pancho Villa quien externó su preferencia a su favor;. De la Huerta salió del país y se fue a residir a los Ángeles, California donde se dedicó a enseñar canto con un método que educaba a los que ni siquiera en el baño de sus casas hubieran cantado jamás. Lástima que Obama y De la Huerta fueran de épocas distintas. Tenía De la Huerta el estilo operístico de canto en que resalta la belleza del sonido y el virtuosismo del interprete

Bueno pasando al buen humor de los Presidentes, tanto en USA como aquí en México la nota en este periódico que tiene el lector en sus manos, indica que Obama visitó Disney World en Orlando, Florida, refiriéndose a Mickey Mouse, dijo con obvia ironía: siempre es agradable conocer a un líder mundial que tiene orejas más grandes que las mías, provocando la risa de los ahí presentes en ese momento y del resto del mundo, al día siguiente, cuando se conoció el hecho. Acá en nuestro país, no lo va a creer usted amable lector, Gustavo Díaz Ordaz, tanto en su campaña presidencial como en los primeros años de su administración, pretendiendo acallar las bromas periodísticas acerca de la fealdad de su rostro improvisaba chistes, en alguno de sus actos públicos, contaba que de los poblanos se decía que tenían dos caras y él afirmaba que no era su caso, ya que si fuera cierto "ustedes creen que andaría con esta cara". Y vaya que sí era feo. En fin, tenía el Síndrome de Tersites, en referencia al hombre más feo que llegó a Troya (Ilíada, Canto II. 211). Era enteco, lampiño, con lentes que resaltaban su probóscide, es decir lo que la gente llama trompudo.

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